Hace unos días tuve la oportunidad de participar del 1er Encuentro Latinoamericano de Salud Mental y Movimientos Sociales, realizado en Santiago de Chile. Fue un espacio muy enriquecedor en donde pudimos compartir nuestra experiencia trabajando desde la comunicación para contribuir a cambiar comportamientos y desestigmatizar la salud mental, así como escuchar las vivencias de otras personas y organizaciones de países como Argentina, Uruguay, Chile, México, Colombia, Costa Rica, Bolivia, entre otros.

El encuentro fue organizado por el departamento de Postgrado de la Universidad de Chile y por el Centro de Estudios Locos, colectivo dedicado a la investigación crítica en salud mental con un enfoque alternativo al paradigma farmacológico, y contó también con el apoyo de la Universidad de Santiago de Chile.

Dentro del programa se incluyeron paneles muy interesantes que abordaron temas diversos sobre el estado de la salud mental en Latinoamérica, pasando por temas como el derecho a la locura, movimientos socioculturales que desafían la mirada tradicional, la defensa de derechos humanos, salud mental y género, debates sobre la medicalización en la infancia y la legislación del tema en la región, entre otros.

El primer día iniciamos el Encuentro con una mesa central muy interesante, en donde los cuatro expositores compartieron sus experiencias personales en torno a la salud mental, todos sobrevivientes al internamiento en hospitales psiquiátricos. Con una mirada crítica a la medicalización, compartieron experiencias muy duras y denunciaron violaciones a sus derechos humanos en el tiempo que estuvieron ahí. Pudimos dar inicio a un debate sobre la necesidad del cierre de los hospitales, el cual se retomó el día siguiente en la mesa dedicada a las leyes de salud mental en América Latina. En ella se coincidió en la necesidad de continuar migrando hacia un enfoque comunitario, como venimos trabajando en nuestro país, dejando de lado el internamiento ya que este propicia el aislamiento e incrementa las probabilidades de que las personas puedan ser víctimas de violaciones a sus derechos humanos más básicos.

Precisamente, en una parte del debate se mencionó cómo los «presos psiquiátricos” viven experiencias en muchos sentidos peores que las de los presos convencionales, ya que su voz y su voluntad suelen ser minimizadas y no tomadas en cuenta: no pueden elegir si quieren permanecer en su cuarto o no, si quieren tomar un baño, entre otros temas cotidianos,  y son obligados a pasar por torturas – porque esa es la manera correcta de llamarlas – tan terribles como el electroshock o como pasar días enteros en cuartos de aislamiento. Justamente una de las panelistas, Alejandra Álvarez de Bolivia, denunció que una de sus compañeras fue obligada a pasar por electroshock y falleció durante el proceso: una tragedia sumamente indignante. Se trata de prácticas de tortura que no podemos permitir se sigan dando en nuestro país y que lamentablemente siguen ejecutándose en diversos hospitales del Perú.

Otro tema en discusión estuvo en que el cierre de hospitales psiquiátricos debe ir acompañado de una estrategia adecuada para atender a todas las personas que actualmente se encuentran en total estado de abandono, que en muchos casos vienen viviendo ahí hace decenas de años y han perdido su identidad. Es de suma importancia continuar con iniciativas como las de los hogares protegidos, que funcionen como espacios para brindar cuidado integral a aquellas personas que no cuentan con familiares y que requieren de una atención de rehabilitación y reinserción social más extensa, así como con una red social de apoyo a fin de normalizar sus vidas.

En cuanto a nuestra participación, estuvimos presentes en la mesa «El derecho a la locura como cambio cultural: alternativas contra el cuerdismo», en donde compartimos nuestra experiencia gestionando estrategias de comunicación y participación ciudadana con el fin de desestigmatizar la salud mental, desde un enfoque alternativo que se aleja de la patologización y se acerca al lado humano de la misma. Compartimos nuestro panel con expositores de Uruguay y Chile, quienes contaron sobre excelentes iniciativas como la de Radio Vilardevoz.

Nuestra experiencia en este importante Encuentro nos dejó con una renovada voluntad de continuar combatiendo el estigma hacia la salud mental y de seguir impulsando cambios en nuestro país y en la región para que cada vez más personas se sientan libres de hablar sobre su mente y sus emociones. ¡Gracias por leernos! Estamos juntxs en este gran sueño por un Perú y un mundo #LibreDeEstigma.

#TodxsPorLaSaludMental

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