Los seres humanos somos sociables por naturaleza, tanto es así que necesitamos interactuar con otros a fin de sobrevivir. Existen estudios que demuestran que las personas que no socializan tendrían menor esperanza de vida y estarían más expuestas a diversas enfermedades.

De este  modo, está claro que socializar y contar con un círculo de amigos y/o amigas es bueno para nuestra salud, tanto física como mental. Este hecho se pone de relieve cuando convivimos con una afección mental, ya que en estos casos nuestras amistades pueden tomar un rol muy relevante para contribuir a  recuperarnos y estabilizarnos. Para ello, te dejamos unos consejos que te podrán a orientar en estos casos:

1. Sé honesto/a sobre tu afección mental 
Este paso es muy importante. Muchas veces los prejuicios y estereotipos que existen sobre las personas con afecciones mentales pueden asustarnos, así que es fácil pensar que si les cuentas, tus amigas/os van a querer cortar cualquier lazo contigo. Sin embargo, si son verdaderas amistades, ellos te escucharán y buscarán comprenderte antes que juzgarte.

2. Bríndales información sobre tu afección mental
Ya sea contándoles cómo te afecta a ti en particular, compartiendo estudios y estadísticas con ellas/os, o pidiéndoles que busquen información sobre tu afección mental. Esto los ayudará a comprenderte.

3. Pídeles ayuda cuando lo necesites
Es fácil pensar que si les pides ayuda las/os estás fastidiando o te estás volviendo una carga, pero no es así. Tus amigas/os buscarán ayudarte y que te sientas bien; no temas acudir a ellos.

Si por otro lado no eres tú quien está conviviendo con una afección mental, pero notas que tu amigo/a está comenzando a comportarse de manera distinta a la común, no dudes en preguntarle cómo está y en buscarlo para encontrarse y conversar. Puede necesitar tu ayuda.

¿Has pasado por alguna situación relacionada? ¡Déjanos tus comentarios y experiencias!

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