En De-Mentes buscamos una sociedad libre de estigma hacia la salud mental, donde esta constituya una de las prioridades de la agenda pública nacional. Iniciamos este proyecto en el año 2014, hacia el final de nuestra carrera universitaria. La experiencia personal de Lucero, una de las fundadoras de esta iniciativa, fue uno de los factores clave que nos impulsó a trabajar en este tema: hace 18 años su hermano mayor fue diagnosticado con esquizofrenia, lo cual devino en una serie de desafíos para ella y su familia. Sin embargo, la convivencia con el estigma resultaba ser mucho más complicada que la convivencia con el diagnóstico en sí; es así que ella y sus padres se convencieron de que el camino no era ocultar la enfermedad, sino informarse sobre ella y comunicar sobre su experiencia al convivir con esta.

Tras conocer sobre la experiencia de Lucero e iniciar conversaciones acerca de trabajar un proyecto que aborde la salud mental y el estigma que la rodea, todas comenzamos a reflexionar sobre los propios prejuicios que teníamos en torno al tema. Descubrimos, además, que la mayoría de las que integramos esta organización había experimentado o estaba experimentando alguna afección mental, como depresión o ansiedad, que son de las más comunes en nuestro país. Sin embargo, no era algo de lo que solíamos conversar, ni con aquellas personas de nuestro entorno más cercano. ¿Cómo podía ser?

SITUACIÓN EN EL PAÍS

La realidad de la salud mental en nuestro país es aun precaria y, lamentablemente, el estigma que existe hacia ella en nuestra sociedad agrava esta situación. De hecho, alrededor de 4 millones de peruanos tiene alguna afección mental y la mayoría de ellos no recibe tratamiento. Más aún, según la última investigación del Instituto Integración, existen poco más de 500 psiquiatras en todo el país para atender semejante demanda. El mismo estudio revela que el 46% de peruanos rechazaría trabajar con personas con afecciones mentales y un 75% rechazaría que ocupen cargos públicos. Ante esta realidad, decidimos ocuparnos de cambiar esta situación.

De-mentes es, hoy, una asociación civil sin fines de lucro dedicada a sensibilizar e involucrar a la sociedad de nuestro país en la lucha contra el estigma hacia la salud mental, a través de acciones de comunicación y participación ciudadana. De esta manera, buscamos contribuir a la prevención y la promoción de la salud mental en el país.

Creemos que la información es clave para mitigar el estigma hacia la salud mental, y comunicamos el mensaje de distintas maneras. Nos hemos enfocado en realizar intervenciones urbanas a fin de sensibilizar e informar a la sociedad acerca de la realidad de la salud mental en nuestro país. Hemos intervenido en espacios públicos como parques, plazas y entre otras zonas de alta afluencia, brindando información a través de propuestas comunicacionales creativas que llamen a la reflexión acerca del tema y generen diálogo. Creemos que es importante acercar al espacio público y cotidiano de las personas la problemática de la salud mental y su situación en el país. La sociedad tiene que estar involucrada en esta lucha, porque la salud mental es de todos. Buscamos involucrar a la comunidad generando debate y compartiendo información a través de redes sociales, pero también realizando proyectos de arte y espacios de conversación.

TAREAS PENDIENTES

El internamiento de personas en hospitales psiquiátricos como la medida más común o como la única que conciben muchas personas de nuestra sociedad para el tratamiento de personas con afecciones mentales, solo denota lo mucho que nos queda por avanzar en nuestro país. Sin embargo, la reciente aprobación de la Ley 29889 en nuestro país, que opta por un modelo comunitario de la aproximación hacia la salud mental, es un gran paso hacia una sociedad que valore más y estigmatice menos a las personas con afecciones mentales. Se fomenta, a través de esta ley, el involucramiento directo de la comunidad en la prevención y promoción, al implementar centros comunitarios de salud mental que permiten que las personas puedan acceder a servicios de salud mental en un centro especializado y cerca de sus hogares.

A pesar de ello, estamos convencidas de que nuestro trabajo recién empieza; hay aún mucho por hacer para lograr aquella sociedad inclusiva, empoderada, participativa y libre de estigma con la que soñamos.

-Artículo publicado en la edición nº 8 de la Revista Signos