El yoga es una disciplina milenaria que se originó en la India y que fue introducida en Europa en la década de los sesenta. Desde entonces se ha venido convirtiendo en una práctica habitual para millones de personas en el mundo occidental.

Es sabido y está científicamente comprobado* que la práctica frecuente del yoga puede aportar numerosos beneficios para nuestro bienestar físico, mental y espiritual. Esta disciplina ayuda a reconectarse con uno mismo y a alcanzar un nivel de concentración y control de nuestro cuerpo y mente.

Si bien no pretende actuar como reemplazo a los tratamientos de salud mental, el yoga constituye sin duda un complemento valioso y efectivo. Su práctica proporciona una sensación de calma y bienestar que invita a continuar su ejercicio. En un principio puede resultar complicado, ya que las llamadas “asanas” o posiciones no son siempre sencillas y requieren de cierta condición física, pero lo maravilloso de esta disciplina es que siempre podemos ir a nuestro ritmo y hacer lo que en ese momento nuestro cuerpo pida y tolere. La constancia es la clave.

Como ya hemos mencionado, los beneficios del yoga son amplios, pero a continuación mencionaremos aquellos que contribuyen con nuestra salud mental y emocional:

  1. Reduce el estrés: Mediante la práctica constante de las posturas del yoga se logra entrenar nuestra mente, ya que se requiere de un alto nivel de concentración y conciencia para realizar estos movimientos. Durante todo este proceso se disminuyen los niveles de cortisol (hormona del estrés), se oxigena el cerebro y se logra claridad mental.
  2. Ayuda a reducir los síntomas de la depresión y la ansiedad: El yoga es una disciplina que se enfoca en el presente y propone dejar atrás las emociones perturbadoras que se sientan en el momento, así como el estado de ansiedad por el futuro incierto. Además, estudios* lo han identificado como una técnica que ayuda a aumentar los niveles de ácido gamma-aminobutírico de forma natural: un nivel óptimo de esta sustancia ayuda a calmar la actividad cerebral y a suprimir impulsos nerviosos, beneficiando a personas que tienen un sistema nervioso muy activo, que se encuentran siempre tensos, padecen de insomnio, estrés, ansiedad o depresión.
  3. Controla pensamientos y emociones: Quien practica yoga de forma regular aprende a entrar en verdadero contacto consigo mismo. La persona desarrolla la capacidad de poder permanecer en un estado de total inmovilidad, calma y concentración. Es de este modo que se empieza a identificar y ser más consciente de lo que ocurre en el cuerpo, de los pensamientos y emociones que lo invaden. El individuo empieza a distinguir aquellos pensamientos que son nocivos para la tranquilidad de su mente, promoviendo solamente la elección de aquellos que proporcionan bienestar y paz. Asimismo, se aprende a aceptar y controlar las emociones negativas para que gradualmente dejen de afectar la tranquilidad mental.
  4. Provee sensación de paz y plenitud: Durante la meditación que ocurre en la práctica del yoga, las glándulas del cerebro segregan oxitocina, conocida como la hormona de la felicidad y el amor, además de melatonina y serotonina, que regulan el estrés, el humor, el apetito y el sueño, permitiendo un descanso óptimo y reparador.

Existen diversos tipos de yoga, aptos para todas las edades, y este puede ser practicado desde la comodidad de nuestro hogar. ¡No hay excusas para dejar de probarlo!

#TodosPorLaSaludMental

 

*Referencias:

Sharma, V.K., Das, S., Mondal, S., Goswami, U., & Gandhi, A. (2005)
Effect of Sahaj Yoga on depressive disorders. Indian Journal of Physiology and Pharmacology

Pilkington, K., Kirkwood, G., Rampes, H., & Richardson, J. (2005)
Yoga for depression: The research evidence. Journal of Affective Disorders

Shapiro, D., Cook, I.A., Daydov, D.M., Ottaviani, C., Leuchter, A.F., & Abrams, M. (2007)
Yoga as a complementary treatment of depression: Effects of traits and moods on treatment outcome. Evidence-Based Complimentary and Alternative Medicine