Entre ayer y hoy se ha estado debatiendo en medios de comunicación y redes sociales el caso de Gianpier, un joven que fue encontrado hace un par de días en el distrito de San Miguel y que cuatro jóvenes, Daniel, Paulina, Nirvana y Sissy, decidieron atender.

Se trataba de una persona con afecciones mentales en estado de abandono: ¿a quién no le ha pasado encontrar casos como el de Gianpier en las calles? Sin embargo, lamentablemente la reacción más común en nuestro país suele ser cruzar la pista y evitar tener contacto visual. Lo sucedido con Gianpier nos empuja a continuar visibilizando casos como estos, en los que lamentablemente las autoridades del Estado, que deberían estar para apoyarnos, no funcionan como deberían.

Hace unos meses mi mamá encontró un caso muy similar en Barranco.  A la persona en cuestión la estaban sacando de un restaurante, al que probablemente había ingresado porque tenía hambre. Mi mamá vio la situación y fue a un Starbucks cercano y le compró un sándwich. Lo calentaron y cruzó rápidamente la pista, se acercó y se lo dio. Estaba tan ido que con las justas la miró, recibió la bolsa de manera sistemática y se fue alejando llevándola en una de sus manos.

Ella llamó al SAMU (Sistema de Atención Móvil de Urgencias del Ministerio de Salud); marcó su número, el 106, y le respondieron que «no podían atender ese caso, porque ellos solo se dedicaban a atender emergencias de salud». Mi mamá respondió que esta se trataba de una emergencia de salud mental y recibió nuevamente una negativa como respuesta. Le sugirieron llamar a la Policía al 105, para que la comisaría del distrito se encargue; sin embargo, llamó a la PNP  y nuevamente recibió una negativa como respuesta porque «ellos tampoco se encargan de esos casos».

Lo mismo sucedió con Gianpier: Paulina cuenta en su página de Facebook que los Bomberos le dijeron que llame a la Policía y que además vio pasar a un serenazgo del distrito que «lo botó y maltrató». En mi experiencia, sé que lo que suele pasar en estos casos es que, si el serenazgo accede a recoger a una persona que se encuentre en este estado de la calle, es solo para llevarlo a otro distrito y dejarlo ahí, de manera que ya no se encuentre dentro de su jurisdicción.

Asimismo, Paulina denuncia que el Hospital Larco Herrera se habría negado a atender a Gianpier siendo las 2:00 am, a pesar de haber sido derivado desde el Hospital Santa Rosa. Además, que habrían querido denunciar por abandono a la persona que lo había asistido y llevado hasta el Larco Herrera.

Este tipo de casos suceden todos los días y lamentablemente las autoridades no se hacen cargo, no hay una política de Estado clara todavía. Solo recientemente se ha iniciado la puesta en marcha de los hogares protegidos, albergues que justamente tienen como objetivo atender a las personas con afecciones mentales en estado de abandono, pero a la fecha la cantidad de estos centros en el país continúa sin ser suficiente, además de la falta de información que tienen las autoridades locales al respecto.

Asimismo, es importante mencionar que hay cambios que debemos gestar también desde la sociedad: estas personas, que tienen nombre, apellido y probablemente una familia, viven deambuleando por las calles hasta el último de sus días. No puede ser que seamos indiferentes al ver que un ser humano tenga que pasar sus días de esta forma, viviendo en un mundo paralelo, hasta que les llegue la muerte. Esa persona podría ser el hermano, la hermana, el papá, la mamá, el tío, la tía, el amigo o la amiga de alguien.

Lamentablemente mi mamá, Daniel, Paulina, Nirvana y Sissy no son el común denominador de las personas, pero les pedimos por favor que si están leyendo esta nota reflexionen y piensen dos veces antes de cruzar la calle al ver a una persona en esta situación. Ojalá que algún día presentar una emergencia de salud mental sea visto con los mismos ojos empáticos y compasivos que presentar una emergencia de salud física. Porque si viésemos a una persona caerse en plena calle, ya sea por una fractura, un infarto o un desmayo, nadie cruzaría la pista sin siquiera intentar ayudarlo, ¿cierto?

#TodosPorLaSaludMental