Hemos creado este espacio para que todo aquel que desee pueda compartir sus experiencias personales alrededor de la salud mental, de forma pública o anónima. A través de esta plataforma, queremos crear una conversación #LibreDeEstigma y crear una comunidad virtual de apoyo que contribuya a eliminar los prejuicios y tabúes que todavía existen hacia la salud mental.
Un testimonio puede cambiar y salvar vidas.
Al compartir tu testimonio a través de esta plataforma, aceptas la Política de privacidad de De-Mentes.
Hola Miguel, lei tu comentario y tienes razón, pero no solo en los bipolares, en todos los problemas relacionados en salud mental y también en pobreza extrema , no tenemos una política inclusiva que se respete y que se presupueste al 100%. Pero, es admirable cómo has ido enfrentando la adversidad , no rindiéndote y por lo que leo, leyendo literatura, poesía y filosofía, entre otros. Y , me recordaste a Viktor Frankl, que fue un médico que estuvo en los campos de concentración nazi y que comenta en su libro en EL HOMBRE EN BUSCA DEL SENTIDO, cómo el hambre, la violencia, el miedo y e inclusive la desesperación generaban q muchos pierdan el sentido de para qué están, cual es el proposito que se va a trazar en la vida. Te recomiendo esa lectura. Está libre en internet. Sobre todo, porque te explica con testimonio de vida cómo encontrar un sentido a tu vida, en enfocarte en las soluciones , tal vez por ahora no en universidad, pero si en otra actividad independiente o estudios de corta duración, que hay de manera virtual y también en programas de CONADIS que salen por periodos y que son muy buenos…Y sigue manteniendo esa firmeza a pesar de la adversidad… eso no solo te hace una persona más fuerte sino también más capaz de vencer cualquier obstáculo. NOTA; Tambien hay centros de salud mental comunitario donde te brindan la medicación y es gratis la atención, según tu distrito y a parte tiene programas adicionales. Si en caso no tienes seguro…. Muchas gracias por compartir tu historia…
Después de 10 años viviendo detrás de una máscara de vida perfecta y sin hablar de mis cosas, la depresión me tocó la puerta. Me sacaron del trabajo después de haberme quedado hasta tarde siempre y mi enamorado terminándome a los 3 días y contándome sobre su infidelidad. Sentía que mi mundo se destruía. Estoy en tratamiento y descubrir quien soy. Pero no sale de mi mente que soy privilegiada por poder pagarme un psiquiatra y mi medicina.
Entre páginas y paginas llegué a este sitio con un enorme nudo en la garganta para contar mí historia esperando algún día sea inspiración y otras personas con depresión como yo tomen valor de donde a veces no sentimos. Mí nombre es Dianira , mí vida se volcó a los 9 años a causa de una enfermedad terminal renal ,en ese momento pensé que pasaría pero conforme pasaba los años salía de la hemodiálisis más cansada ,sin ganas de continuar … Rechacé ayuda profesional ese entonces. Sumergí mí niñez , adolescencia en un hoyo porque jamás entendí del todo como al terminar el día sentía tanto cansancio , frustración,irá, resentimiento a las personas . Durante los siguientes 9 años cuando pensé que mí sufrimiento terminaria … Mis padres terminaron separándose justo después de un mes de mí trasplante renal . Lo realmente aterrador fue ver a mí padre con el cuchillo en sus manos directo al estómago ,escape de inmediato a la terraza confundida y pensando lo peor sumando que mí madre nos abandonó cuando más la necesite . Intenté sobre ponerme ya por el 2012 fui víctima de tocamientos indebidos mientras estaba anestesiada . Cuando hable sobre esto intentaron callarme y lo consiguieron ,no recibí respaldo de nadie así me encontré más sola ,con el tiempo desarrolle temor a los varones , sentía que todos querían hacerme daño…la primera vez que me enamoré en la universidad no fui correspondida tampoco se lo hice saber a esa persona . Bien dicen cuando un ciclo se cierra otro se habre fue donde supuestamente conocí al amor de mí vida … Fueron 2 años de tortura sentirme menos al lado de el mientras creí cada una de sus mentiras … Quedé algo aliviada cuando me pidió perdón y me aparte ni como amigo lo acepte. Mientras recuperaba las ganas de seguir con vida conocí a Ángel en el mejor momento de alguna forma ayudo a qué viera las cosas de otra manera fue entonces que empecé a admirarlo y en poco tiempo mí corazón abrazo una nueva oportunidad sin embargo también fue parte de mí imaginación e interpretación respecto a su trato ya que el es así con sus «amigas» . Cuando tenía crisis constante lo llamaba y siempre tenía las palabras adecuadas para cada ocasión ,el solo hecho de oírlo era paz para mí alma destrozada por esta enfermedad. Hoy en día entendí que solo es un conocido . En cuanto a mí familia piensan que soy una vaga ,que nada me importa porque jamás entenderán sobre depresión así es no tengo el soporte emocional. Ahora me hayo con un pie fuera de la calle … No precisamente por no pagar sino por estigma en fin es la ignorancia. Aunque no se a donde iré … Me encuentro en tratamiento psiquiátrico y mañana tengo cita con el especialista . Obviamente no solucionará mis problemas pero acepte esa ayuda porque quiero volver a sentirme bien …
Hola tengo 17 años, y el año pasado después de una decepción amorosa y años de bullying. Tuve un cuadro de depresión; donde quise quitarme la vida (sintiéndome muy sola porque nadie se daba cuenta como estaba). En verano me encontraba normal como si nada hubiera pasado, pero en marzo volvió mi “depresión”, venía dos semanas y se iba tres, era muy raro. Al principio me diagnosticaron depresión y empecé a tomar sertralina. Pero al tener estos cambios sin algún motivo me diagnosticaron espectro bipolar leve, hace un mes estoy tomando lamotrigina. En todo este año he recibido mucho apoyo de mis familiares y amigos al abrirme. Aún lucho con la ideación suicida pero me encuentro mucho mejor, no he tenido una recaída fuerte desde hace 1 mes. Estoy orgullosa de mi y de lo que he logrado. Espero leer esto cada vez que sienta que no puedo más. Me amo
¡Hola! Soy Grecia. La verdad no quiero presentarme con mi diagnóstico, creo que mi historia por sí misma tiene mayor profundidad e importencia que él.
Lo que recuerdo es que todo empezó a los 5 años, fue la edad en la que empecé a ir al colegio y empecé a sufrir acoso escolar / bullying. Los primeros años fue por mi color de piel, hacían comentarios sumamente racistas (soy morena) y poco a poco fue cambiando a mi físico como tal. El día a día en mi colegio era tratar de sobrevivir. Los chicos me ponían apodos tan dolorosos, que hasta el día de hoy trato de no verme al espejo como ellos me decían que me veían. Este bullying duró 11 años, posiblemente las personas que lean esto tomen como responsable absoluta a mi madre, pero no es así. Yo jamás le conté a mi mamá esto, siempre lloraba en las noches cuando nadie me escuchaba. Igual yo dormía con mi mamá, pero ella, una mujer con dos hijas que día a día salía a trabajar como empleada del hogar, sumándole la indiferencia y abandono de mi padre hacia nosotras, hacía que de noche duerma profundamente debido al cansancio y yo lloraba tratando de no emitir sonido alguno. Sólo lo dije una vez cuando no pude más, pero lo único que hizo mi colegio fue hacerlos firmar un acuerdo de buena conducta que fue mera formalidad. Asumo que jamas tomaron importancia de esto porque yo era becada y ellos pagaban muchísimo más que yo.
En todo este trayecto de niñez y adolescencia, a los 14 años sufrí abuso sexual. Durante años no hablé de esto y normalicé el actuar de esta persona, me costó años enteros poder liberarme de la culpa que cargaba y de poder decirme: «Grecia, tú no lo buscaste, tú no lo merecías. Fue abuso, y tienes el derecho a sentir dolor y a gritar y llorar». El día que acepté eso, que fue a los 18 años, recordé un abuso que tenía escondido dentro de mi, un abuso sexual que sucedió a los 5 años. La verdad, si puedo ser sincera, sanar esta parte de mi ha sido y es muy dificil, pero como siempre digo, no imposible.
Yo fui a mi primer psiquiatra a los 15 años, él me dio mi primer diagnóstico y experimenté lo que es ser medicada con más de 7 pastillas y estar dormida la mayor parte del día. Puedo admitir que fueron los peores años de mi vida.
Algo que siempre recuerdo y que también me ha marcado con los doctores en general, fue con mi segundo psiquiatra. Él me realizó tocamientos en una consulta, él hizo que todo ese dolor volviera a mi y que por años (y hasta ahora) no permita que ningún doctor (médico general) me toque, he tenido que ir a consultas con mi mamá y rogar para que ella esté presente cuando sí o sí el médico me tiene que revisar alguna parte del cuerpo.
El orden cronológico está un poco mal, pero tengo tanta información por dar que capaz lo cuento mal. Yo he sufrido constantes depresiones, he sentido que la vida se me iba, me he mirado al espejo y he visto todo lo que esos compañeros me decían. He llorado hasta no poder respirar y hasta no poder ver porque mis ojos se hinchaban, he tenido intentos de suicidio. He luchado contra comentarios sin mala intención por parte de mi familia pero que más me hundían. He luchado contra el estigma de ser la «hija problemática» y la «oveja negra de la familia».
He luchado con estados de ánimo eufóricos donde he gastado perfectamente mil soles o dos mil soles de la tarjeta de mi mamá, donde cada vez que tenía esos estados de ánimo me pintaba el cabello de mil tipos de colores y donde llegué a casi raparme, donde me corte el cabello tan chiquito que frente al espejo quería llorar pero no podía. Donde tengo tanta energía que no puedo estar quieta, que no puedo dormir aunque quiera. He luchado con el deseo de mi familia que quieren viva en ese estado permanente, donde quieren sea esa Grecia energética, aunque no saben que más daño me hago, porque los bajones que luego tengo son tan dolorosos, tan destructivos.
Pero esa al final del día soy yo, soy yo y me acepto y me quiero a pesar de todo lo que pasé. Me quiero aún sabiendo que el día de mañana posiblemente me odie. Si alguien ha leído mi historia completa quiero decirte que nada te mata y tampoco nada te hace más fuerte. Suelta esas frases cliché, ve a terapia y toma tu medicación. La salud mental importa, importa más de lo que crees. Tú importas, siempre importas.
Esta es mi historia y por cierto, tengo TAB. Soy bipolar, con diagnostico de TLP previamente.
Espero haber ayudado a alguien, un abrazo enorme.
Hola. Tengo transtorno afectivo bipolar, por mucho tiempo andaba sin rumbo entre subidas y bajadas sin saber que me pasaba y dejando que me destruya a tal punto que intenté quitarme la vida. La gente, incluso mi familia piensa que este transtorno es un invento cuando hasta he pasado hasta por el noguchi con harto haloperidol. Es importante que entendamos que las personas neurodiversas existen y están entre nosotros, ustedes, con tan solo entender eso es un gran paso para crear una red de apoyo fuerte.
Hola! Soy Yes, tengo 27 años y estoy diagnosticada con tdah (transtorno de déficit de atención e hiperactividad).
Comencé a atenderme en psiquiatría cuando tenía 15 años luego de una crisis depresiva dónde tenía tendencias suicidas. En ese entonces y por años estuve diagnosticada con depresión crónica, luego volvió el toc (transtorno obsesivo compulsivos) que ha sido recurrente en mi niñez aunque en ese entonces no sabía qué era y solo pensaba que «me estaba volviendo loca».
Pasé otro par de años atendiendome principalmente por toc hasta que hace unos 5 años me diagnosticaron tdah. En los primeros años de diagnóstico no le presté mucho interés ni me informé mucho de ello y lo que implicaba. Vivía pensando que yo era irresponsable, ociosa, llorona, impuntual, etc, cuando luego de años de tratamiento viviendo casi en letargo por la depresion que también venía muy seguido a visitarme, decidí informarme bien sobre el tdah.
Eso fue el año pasado, a los 26 años, y recién al informarme del tdah y ver cuan ramificado estaba en todas las áreas de mi vida pude notar que yo no era tocas las etiquetas me me había puesto, no era la culpable de decepcionar a muchos y a mi misma con actitudes que no eran intencionales y estoy aprendiendo a aceptar cómo funciona mi cerebro y hacer todo lo que requiera para convivir mejor y tranquila con mi tdah.
Desde que empecé a informarme y a encontrar en Instagram cuentas de gente con tdah que convive con ello y lleva una vida plena ya dejé de sentirme «bicho raro» o «loca» como solía sentirme y estoy cada vez aprendiendo a amarme con mis luces y sombras y obviamente también con mi tdah.
Es un proceso duro pero estoy dispuesta a hacerlo y a compartirlo también para que talvez aquellos que viven está lucha en silencio como casi toda mi vida la viví se sientan acompañados y puedan hacer las paces con cada una de las piezas de sí mismos, como ahora estoy aprendiendo a hacerlo ?
Que bonita historia, no estas sola, porqué a veces pensamos los que tenemos TDAH, ¿PORQUÉ nos cuesta tanto prestar atención? piensa que somos indiferentes, algunos nos aislamos, otros la pasamos mal, no encajamos, en la educación estática, luchamos en silencio, espero estés menos aflijida al saber que no eres la única, que algún momento la sociedad, nos verá como privilegiados por nuestra creatividad, por nuestras ganas de vivir, espero no te rindas, aquí siempre podremos apoyarnos.
Tengo diagnóstico de TOC hace 5 años. Padecer de esto es debilitante y complicado. Si bien en este momento de mi vida me siento tranquila, me gustaría regresar al pasado, cuando no sabía que era sentirme abrumada ni saber cómo se podían ser los pensamientos intrusivos. Estos pensamientos han sido terroríficos, desde mi muerte o ver morir a seres queridos hasta tener miedo y dudas de mi sexualidad. La verdad es que la terapia farmacológica me ha ayudado muchísimo, al inicio con algunos desaciertos, y he tenido que acudir a más de un doctor. Sin embargo, ahora entiendo que sí puede haber luz mientras se sufre de una enfermedad mental. Soy como cualquier otra persona, sólo que mis necesidades son distintas. Algunos sufren del corazón y tienen arritmias, yo tengo obsesiones y compulsiones. Me gustaría transmitir a cualquiera que lea esto que si te sientes mal, ¡busca ayuda! No está mal necesitarla. Pensemos en los psiquiatras cómo lo que son, médicos que buscan ayudarnos. También, evitemos usar diagnósticos como si fueran adjetivos. Por ser ordenada no «eres TOC». Sigan luchando por sus sueños. Todo mejora.
Hola soy Valeria tengo 23 años y me diagnosticaron bipolaridad a los 15 años todo empezo en el 2010 cuando tenia 12 años y cursaba el1 año de secundaria y mi tia Patty me llevo a la selva de viaje y mi prima un dia que fuimos al rio de paseo me empujo hacia a la corriente del rio casi me ahogo, al regresar a Lima ya nada fue igual lo veia todo negro y en un paseo del colegio vi la misma escena que me hicieron a mi en la piscina a una amiga y de ahi comenze a llorar y no quise ir al colegio perdi ese año mi mama me llevo al psiquiatra y me diagnosticaron depresion y al año siguiente me matricularon en un colegio publico de mujeres donde acabe la secundaria pero en el 2012 me dio una crisis fuerte por una decepsion amorosa me tuvieron que llevar de emergencia a la clinica cayetano heredia y ahi me medicaron el psiquiatra me tuvieron que poner una enfermera para que me cuide , al año siguiente en una junta de medicos de la clinica me diagnostican trastorno bipolar grado 1 y de ahi vengo tomando diversos medicamentos , pese a eso logre culminar mis estudios secundarios y en el 2014 murio mi abuelo y me choco mas aun y eh estado en el hospital larco herrrera en el area de niños adolescentes recibiendo terapia ocupacion psicologica y psiquiatrica hasta los 18 años despues volvi a la clinica cayetano heredia , y en el el 2018 me quito el susto y me dijo que deje las pastilas, en el 2019 viaje a españa y al volver tuve otra recaida porque me afecto dejar a mi hermano otra vez , en el 2020 me volvieron a levar a mi psiquiatra de cabezera y me estabilizo en octubre del 2020 el psiquiatra me derivo al psicologo y desde ahi estoy con psiquiatra y psicologo al mismo tiempo , estudio computacion informatica y voy a tener un empredimiento y un negocio , y quiero decirlres que ser bipolar no es lo que eres si no es un problema que uno tiene , y yo lo estoy superando , ya son mas de 11 años en esta lucha y guerra contra la ansiedad mis recaidas mi estados de animos y todo eso , solo le doy gracias a dios y a la virgen del carmen y de gualupe y a mi mama por ayudarme a superar esto actualmente tomo 3 litios en la noche y clonazepan de 2m condicionalsi no puedo dormir , estoy escribiendo un ibro sobre esto y tengo mi blog sobre el libro, no me averguenza ni me da miedo decir la verdad de lo que paso realmente porque ya no soy la misma de antes . Y ser bipolar no es un impedimento para hacer algo tu puedes lograr y cumplir tus metas 1!!!
Hola.
Me ha sorprendido leer sobre lo que pasan otras personas con problemas de salud mental.
Yo he padecido depresión por tanto tiempo que es todo lo que recuerdo. Al recuerdar mi infancia todo lo que veo es sentirme tremendamente enojada con todos y por todo, sentirme tan inútil que pensaba que tal vez le hacía un favor a la sociedad al dejar de existir, sentirme cobarde al no tener valor de tomar la decisión de «hacerlo», y seguir viviendo con la esperanza de que en algún momento deje de sentir tanto dolor que haga ver a la muerte como la única solución.
Nunca entendí porque me sentí así desde tan temprana edad, mi infancia no fue perfecta pero tampoco fue tan mala comparada con la de otras personas, y aún así, esas personas no llegan nunca a pensar en suicidarse.
Las personas invierten tanta energía para ponerse una máscara de felicidad ante los demás, que me sorprendió ver esta página y descubrir gente a la que despertar y vivir cada día les toma un esfuerzo tan increible como a mí o aún más increible que eso.
A la tristeza que siempre me acompaña se le une la tristeza de no poder amoldarme a los estándares de esta sociedad, porque aunque tuviera un buen trabajo y mucho dinero sé que seguiría sintiéndome igual, lo cual a largo plazo me haría morir.
Por esto, he optado por tomar el camino de priorizar mi salud mental por sobre todas las cosas, tratando de trabajar en lo que pueda aunque ello me haga doler el ego (lo cual a veces incrementa mi ideación suicida), para poder pagarme la terapia psicológica que me ha ayudado a vivir más allá de lo que creí que podría.
Actualmente tengo 31 años y me encuentro sorprendida de haber vivido tanto, y me da pena reconocer que incluso desde pequeña, cuando pensaba en el futuro, no me veía existir más allá de los 20’s.
Creo que el problema de la salud en general, incluyendo la mental, debe ser política del estado, porque es un síntoma de que 1) La pobreza material existe y compromete seriamente la vida de las personas, lo cual se puede solucionar generando empleo a través del sector privado o de obras públicas (como construir más hospitales, comisarías, carreteeras, etc); 2) La riqueza material no soluciona el problema de la salud mental (lo he vivido personalmente y hay varios estudios relacionados al respecto del estilo de vida consumista/materialista), lo cual significa que la «inequidad» mata; 3) Si la depresión es ira reprimida (ira que no es saludable expresar hacia afuera), podría deberse a la violencia simbólica de nuestra cultura (violencia normalizada), lo cual se podría abordar desde un trabajo en conjunto con los ministerios de Cultura, Salud y Educación porque los niños aprenden desde temprana edad a normalizar estas agresiones, 4) Ciertos problemas mentales deberían ser reconocidos como un tipo de discapcidad (de diversos grados), porque alguien que tiene trastornos de ansiedad generalizada, o de déficit de atención o que simplemente toma pastillas psiquiátricas, tiene serios problemas para concentrarse, por lo cual le puede tomar más tiempo lograr independencia; 5) Tratar a los problemas mentales desde un enfoque de prevención lo cual le ahorraría dinero al Estado y a los ciudadanos; 6) Establecer políticas y entidades que luchen seriamente contra la corrupción, porque aunque no he encontrado estudios al respecto, creo que contribuye bastante a la depresión y pesimismo de la población; 7) Se debe entender que la presencia de suicidio en una población es indicador de que la cultura no proporciona medios pasa satisfacer las necesidades básicas (como por ejemplo, la cultura consumista no permite satisfacer las necesidades relacionales). Respecto a este punto, siento que el gobierno ve a los ciudadanos de a pie como pilas para mover la maquinaria económica, con la ilusión de la promesa de felicidad a través del dinero obtenido a cambio de ese sacrificio. Pero cuando se ve que a pesar de ello la gente no sana sus problemas emocionales, tiene crisis cuando envejece porque ve acercarse a la muerte y siente que no ha vivido, y que muchos optan por suicidarse o vivir una muerte en vida, es que se transparenta la ilusión.
He destinado muchos años de mi vida a luchar contra mis demonios internos, y he tratado de ganar armas para esta lucha a través de la terapia piscológica/psiquiátrica, lectura de diversos libros, y mucha reflexión. Y a pesar de que he ganado varias guerras significativas, aún así una parte importante de mí desea morir, lo cual desalienta bastante.
Por eso espero encontrar la forma de contribuir a la sociedad para evitar que en alguna parte de mi país exista una niña pequeña que desee morir en algún momento de su vida.
Tal vez yo ya no llegue a ganar la batalla final, pero espero por lo menos ayudar a que alguien más no tenga que pelear esa misma guerra.
Sobreviví al cáncer de mama por lo que pude concluir que lo más eficaz para vencerlo es la prevención e, igualmente, la actitud mental positiva. Si el cáncer te sorprende, como a mí, toma el timón de tu vida y NO permitas que te venza. Conduce con firmeza, serenidad y mucho valor para afrontarlo debidamente y así podrás conseguir luego la victoria. No hay nada en el mundo como sentir esa conquista después de una lucha bien librada, aun a pesar de los pinchazos del arpón en la mama, las biopsias, salas de operaciones, quimios y radioterapia. Son momentos difíciles, que parecen interminables, pero aprovéchalos para meditar y reflexionar sobre las cosas buenas que nos ofrece la vida. Ten presente que todo pasa. Al final, solo queda el recuerdo de las miradas, abrazos, palmadas y mensajes de aliento de aquellos que te aman incondicionalmente hasta en los mas duros momentos. Por ellos vale no cejar en la batalla y triunfar sí o sí. Mis mejores deseos!
En mi vida personal y profesional he pasado por muchas crisis, que no me había dado cuenta lo mucho que afectaron mi presente y no me dejaban avanzar. Fue necesario tomar terapia psicológica para reconocer éstos hechos, procesarlos y continuar con lo siguiente. Es un proceso continuo, que cada uno debe reconocer y buscar ayuda
Navego en mis pensamientos, no sé por dónde comenzar, pero bueno con el pasar de los años me di cuenta que mi mejor manera de expresarme era mediante escritos. En este momento escucho música, la música es mi todo, siento como si las diferentes melodías se combinaran con mi sangre y recorrieran todo mi cuerpo, aunque lo pausé, ya que en el silencio saco a flote lo mejor de mí, ¿cómo me siento?, es una gran pregunta que me hago cada día, es complicado responder, la mayoría de veces simplemente digo estoy bien, aunque solamente es una careta, ya que creo que al fin y al cabo a las personas pocas veces le pueda importar, y además , si les digo que estoy mal pues no hay nada que puedan hacer, es mi batalla, soy consciente que cada persona tiene la suya, y no deseo involucrar a nadie salvo a mi base, que es mi familia, que son los únicos a quien realmente le importa lo que me pase , a pesar de no ser muy comunicativos, a su manera siempre me apoyan en todo, son lo único que tengo y los amo , tal vez soy algo distante pero los amo, es mi manera de ser supongo, cada ser humano es único y diferente, es raro ya que mayormente no me nace platicar con personas, no sé a qué se deba, tal vez soy algo complejo y siento que la mayoría de personas tienen una idea muy básica de ver la vida, no lo sé realmente. Llevo años yendo a un montón de lugares con diferentes personas, pero no logro conectar con nadie, soy de ir a un lugar a aprender, no a hacer amistades aunque me gustaría, ya que lidiar con todo esto es complicado y a veces necesitamos a alguien que nos escuche, desde pequeño he sido retraído, de pocas palabras, de guardarme mis problemas y desde los 16 empezó mi lucha por ende ese es el lado que se podría decir pocos conocen de mí, el lado de mi salud tanto física y mental que consta de ansiedad, depresión, y otras patologías, tengo muchos miedos, cosa que la gente no sabe, tengo mucha frustración conmigo mismo, siento que he decepcionado a mis padres, cuando comenzó todo esto odiaba mi vida y lo único que deseaba era morir, tengo miedo de perder a mis padres, cosa que algún día sucederá, es la ley de la vida, tengo rabia y vergüenza de ser un bueno para nada, tengo 25 años y no soy nada, odio a mi cuerpo , no por lo físico, sino por su funcionamiento ya que no es el correcto, a veces me da hasta asco, al comienzo la ansiedad y la fobia social que sentía, no me permitía platicar con nadie, era horrible, ahora eso ya ha mejorado, pero a veces da sus recaídas, depresión, ¿porque surge esto? me pregunto y llegué a la conclusión que antes mi depresión se debía solamente a mi soledad, ya que actualmente considero que no tengo amistades, si un montón de conocidos, pero son dos términos muy distintos, ya que pienso que la palabra amistad en estos días ha perdido mucho su valor ya que cualquiera te llama amigo, pero pienso que realmente los amigos están cuando los necesitas y allí me di cuenta que no contaba con ninguno a pesar de que en algunas ocasiones pedí ayuda o di señales de que no estaba bien pero bueno solo que da luchar ya que al final es mi batalla. Tambien en toda esta lucha hay un factor que te juega en contra que es el dinero, si no lo tienes literalmente te mueres ya que el seguro es tedioso, madrugar para sacar cita mensualmente o cada dos meses, la escasez de medicamentos, el trato que tienen para contigo pero es nuestra unica salida para las personas con bajos recursos porque no hay de otra. Me sentía solo y vacío, necesitaba saber por qué y el significado de muchas cosas, y con el tiempo me di cuenta que no se debía a mi soledad, la depresión es como una montaña rusa, sube y baja, y me pregunto entonces actualmente ¿a qué también se debe?, la respuesta que encontré, salud. Es lo más importante en esta vida, anhelo salud, estar sano y poder hacer mi vida normalmente, pienso que lo psicológico lo puedo manejar, pero lo físico no , el cuerpo muchas veces no responde, muchas veces falla, es por eso mi temor a fallar en el estudio o en el trabajo, creo que otra vez iré al hospital, ya que debo tratarme nuevamente, desde pequeño el hospital se volvió en mi segunda casa, desde pequeño mi estómago no funcionaba con normalidad, desde los 10 años también sufría de ardores al miccionar, nunca me encontraban nada, tomaba pastillas para infecciones, análisis muchas veces, examen de próstata , examen de riñones, nada solo tenía 10 años, era un niño , y no le tomaba mucha importancia a eso, una vez me orine en el salón, micciono mucho , es por eso que actualmente siempre busco un baño y pues con la ansiedad eso aumenta, también desde pequeño mi sistema digestivo no funcionaba con normalidad, ecografías a montones, solo me encontraban meteorismo elevado e irritada las paredes gástricas, siempre fue así, con el tiempo descubrí que eran gases crónicos, cuando era niño varias veces me traían a casa ya que en el colegio me desmayaba , como que mi cuerpo produce mucho aire, esas dos cosas son incomodas y te limitan algo, lo de la micción mejoró con el tiempo pero siempre es muy frecuente las veces que voy a miccionar, pero mi sistema digestivo empeoraba cada día que pasaba, pasaban los años, aparecían nuevos síntomas, pesadez, distensión abdominal, eructos, flatulencias, y cada vez aumentaba la fuerza con la que atacaban a mi cuerpo, luego vino el reflujo, las deposiciones irregulares, y con el tiempo se complicaba, diarreas, estreñimiento, y así sucesivamente dicen que el sistema digestivo es el segundo cerebro, he tomado miles de pastillas para el estómago, me han hecho miles de exámenes, me trate para destruir la helicobacter pylori, y nada, todo salía negativo y los síntomas seguían, y empeoraban, vivir así no es vida, esto causa mi depresión, te causa ansiedad, te limita, me molesta cuando las personas dicen, esto se debe a tu ansiedad, pero sucede que esto lo padezco desde niño, la ansiedad vino en mi adolescencia casi para mi juventud, pero la gente dice es por tu ansiedad esto, me pregunto ¿qué pasaría si no sufriera de ansiedad?, recién le tomarían la importancia a mi estómago , realmente no lo sé, ¿ahora como estoy?, estoy con el estómago destruido, cólicos, después de comer inmediatamente voy al baño, reflujo, exceso de mucho aire, me duele la espalda la cintura y el estómago del mismo aire que se esparce por todo mi cuerpo, me pregunto ¿cómo puedo trabajar así? si mi cuerpo no me da, si esto va más allá del plano psicológico, esa es la verdadera razón por la que no me atrevo a ser nada, el verdadero obstáculo es mi sistema digestivo, pensé que quizás con la operación de vesícula todo iba a mejorar pero sigue igual o peor para mi mala suerte, lo único rescatable es que ya no hay esos cólicos fuertes que según los especialistas son similares al de un parto, y bueno estoy pensando ir al seguro para tratar por enésima vez mi estómago, y realmente ver que es lo que tengo, sé que esto tendrá solución, pero cuesta mucho mantenerse de pie, pero lo haré porque soy fuerte, aparte tengo otras más dolencias pero creo que el estómago es mi principal obstáculo, no sé porque mi cuerpo habrá salido defectuosos, sabes porque sigo luchando, por mi familia, por mí y con la guía de dios mientras siga respirando me pondré de pie así caiga mil veces, hoy duele mi cuerpo, se siente cansado, mi cabeza también y bueno mi estómago como siempre fastidiando, me arden los ojos y tengo síntomas como los de la gripe, me pregunto, como le hago para seguir adelante, ¿algún consejo?, me siento atado a varias cadenas, esto ocurre cada cierto tiempo últimamente es mensual creo, este malestar general que ni sé que es, aunque estuve pensando y pienso que se debe que tengo bajas defensas y la gripe me da de una manera muy fuerte que me descompone por completo y bueno el estómago me tortura todos los días, trato de sobrellevarlo, pero a veces el cuerpo desea descansar, ¿qué opinas de todo esto?, ese es mi día a día, así es como me siento todos los días, siempre hay fastidio, pero trato de sobrellevarlo, puedo estar tal vez un tiempo fuera de casa, pero es como si mi cuerpo tuviera límite de tiempo, es por eso que hago pequeñas cosas por así decirlo y cada cierto tiempo experimento con mi cuerpo, cuanto puede resistir fuera, muchas veces cuando salgo tomo pastillas , no para la ansiedad, sino para el dolor, hago lo que puedo, pero a pesar de haber logrado algunas cosas, siento que me falta mucho, soy muy duro conmigo supongo, en conclusión, para mi cada día es una lucha interna con mi propio cuerpo, cada día trato de vivirlo como si fuera la última vez, esa es otra parte de mí que tal vez no conocías. Luego me diagnosticaron Síndrome del intestino irritable, supongo que a ello se debía todo lo respecto a mi estómago. Superé mi fobia social mis cuadros de agorafobia, duele, cansa esa lucha diaria con tu cuerpo cada día, de tanto llorar hasta ya te das cuenta que no te salen lágrimas de los ojos, hay días buenos, malos y otros días donde todo te sale mal, esos son los peores, se mezclan tanto la ansiedad, la depresión más mis achaques físicos y te sientes un alma en pena pero aún estoy aquí, aún respiro y tengo fe que todo pasara, quien sabe tal vez no estuviera aquí en este momento pero mis padres y Dios aún me mantienen de pie, y mientras pueda respirar estaré aquí. Este es una pequeña parte de mi pequeño gran planeta. Dicen que algunas personas tienen la facilidad de ocultar su dolor pues yo soy una de ellas. Siempre fuerte y continuar a pesar de los obstáculos. Recuerda que el milagro más grande del mundo eres tú. #Amorpropio #Noestásoloestamosjuntosenesto #Empatía #Dasinesperarnadaacambio #Oraysoloespera
Navego en mis pensamientos, no sé por dónde comenzar, pero bueno con el pasar de los años me di cuenta que mi mejor manera de expresarme era mediante escritos, en este momento escucho música, la música es mi todo, siento como si las diferentes melodías se combinaran con mi sangre y recorrieran todo mi cuerpo, aunque lo pausé, ya que en el silencio saco a flote lo mejor de mí, ¿cómo me siento?, es una gran pregunta que me hago cada día, es complicado responder, la mayoría de veces simplemente digo estoy bien, aunque solamente es una careta, ya que creo que al fin y al cabo a las personas pocas veces le pueda importar, y además , si les digo que estoy mal pues no hay nada que puedan hacer, es mi batalla, soy consciente que cada persona tiene la suya, y no deseo involucrar a nadie salvo a mi base, que es mi familia, que son los únicos a quien realmente le importa lo que me pase , a pesar de no ser muy comunicativos, a su manera siempre me apoyan en todo, son lo único que tengo y los amo , tal vez soy algo distante pero los amo, es mi manera de ser supongo, cada ser humano es único y diferente, es raro ya que mayormente no me nace platicar con personas, no sé a qué se deba, tal vez soy algo complejo y siento que la mayoría de personas tienen una idea muy básica de ver la vida, no lo sé realmente, llevo años yendo a un montón de lugares con diferentes personas, pero no logro conectar con nadie, soy de ir a un lugar a aprender, no a hacer amistades aunque me gustaría, ya que lidiar con todo esto es complicado y a veces necesitamos a alguien que nos escuche, desde pequeño he sido retraído, de pocas palabras, de guardarme mis problemas y desde los 16 empezó mi lucha por ende ese es el lado que se podría decir pocos conocen de mí, el lado de mi salud tanto física y mental que consta de ansiedad, depresión, y otras patologías, tengo muchos miedos, cosa que la gente no sabe, tengo mucha frustración conmigo mismo, siento que he decepcionado a mis padres, cuando comenzó todo esto odiaba mi vida y lo único que deseaba era morir, tengo miedo de perder a mis padres, cosa que algún día sucederá, es la ley de la vida, tengo rabia y vergüenza de ser un bueno para nada, tengo 25 años y no soy nada, odio a mi cuerpo , no por lo físico, sino por su funcionamiento ya que no es el correcto, a veces me da hasta asco, al comienzo la ansiedad y la fobia social que sentía, no me permitía platicar con nadie, era horrible, ahora eso ya ha mejorado, pero a veces da sus recaídas, depresión, ¿porque surge esto? me pregunto y llegué a la conclusión que antes mi depresión se debía solamente a mi soledad, ya que actualmente considero que no tengo amistades, si un montón de conocidos, pero son dos términos muy distintos, ya que pienso que la palabra amistad en estos días ha perdido mucho su valor ya que cualquiera te llama amigo, pero pienso que realmente los amigos están cuando los necesitas y allí me di cuenta que no contaba con ninguno a pesar de que en algunas ocasiones pedí ayuda o di señales de que no estaba bien pero bueno solo que da luchar ya que al final es mi batalla. Me sentía solo y vacío, necesitaba saber por qué y el significado de muchas cosas, y con el tiempo me di cuenta que no se debía a mi soledad, la depresión es como una montaña rusa, sube y baja, y me pregunto entonces actualmente ¿a qué también se debe?, la respuesta que encontré, salud. Es lo más importante en esta vida, anhelo salud, estar sano y poder hacer mi vida normalmente, pienso que lo psicológico lo puedo manejar, pero lo físico no , el cuerpo muchas veces no responde, muchas veces falla, es por eso mi temor a fallar en el estudio o en el trabajo, creo que otra vez iré al hospital, ya que debo tratarme nuevamente, desde pequeño el hospital se volvió en mi segunda casa, desde pequeño mi estómago no funcionaba con normalidad, desde los 10 años también sufría de ardores al miccionar, nunca me encontraban nada, tomaba pastillas para infecciones, análisis muchas veces, examen de próstata , examen de riñones, nada solo tenía 10 años, era un niño , y no le tomaba mucha importancia a eso, una vez me orine en el salón, micciono mucho , es por eso que actualmente siempre busco un baño y pues con la ansiedad eso aumenta, también desde pequeño mi sistema digestivo no funcionaba con normalidad, ecografías a montones, solo me encontraban meteorismo elevado e irritada las paredes gástricas, siempre fue así, con el tiempo descubrí que eran gases crónicos, cuando era niño varias veces me traían a casa ya que en el colegio me desmayaba , como que mi cuerpo produce mucho aire, esas dos cosas son incomodas y te limitan algo, lo de la micción mejoró con el tiempo pero siempre es muy frecuente las veces que voy a miccionar, pero mi sistema digestivo empeoraba cada día que pasaba, pasaban los años, aparecían nuevos síntomas, pesadez, distensión abdominal, eructos, flatulencias, y cada vez aumentaba la fuerza con la que atacaban a mi cuerpo, luego vino el reflujo, las deposiciones irregulares, y con el tiempo se complicaba, diarreas, estreñimiento, y así sucesivamente dicen que el sistema digestivo es el segundo cerebro, he tomado miles de pastillas para el estómago, me han hecho miles de exámenes, me trate para destruir la helicobacter pylori, y nada, todo salía negativo y los síntomas seguían, y empeoraban, vivir así no es vida, esto causa mi depresión, te causa ansiedad, te limita, me molesta cuando las personas dicen, esto se debe a tu ansiedad, pero sucede que esto lo padezco desde niño, la ansiedad vino en mi adolescencia casi para mi juventud, pero la gente dice es por tu ansiedad esto, me pregunto ¿qué pasaría si no sufriera de ansiedad?, recién le tomarían la importancia a mi estómago , realmente no lo sé, ¿ahora como estoy?, estoy con el estómago destruido, cólicos, después de comer inmediatamente voy al baño, reflujo, exceso de mucho aire, me duele la espalda la cintura y el estómago del mismo aire que se esparce por todo mi cuerpo, me pregunto ¿cómo puedo trabajar así? si mi cuerpo no me da, si esto va más allá del plano psicológico, esa es la verdadera razón por la que no me atrevo a ser nada, el verdadero obstáculo es mi sistema digestivo, pensé que quizás con la operación de vesícula todo iba a mejorar pero sigue igual o peor para mi mala suerte, lo único rescatable es que ya no hay esos cólicos fuertes que según los especialistas son similares al de un parto, y bueno estoy pensando ir al seguro para tratar por enésima vez mi estómago, y realmente ver que es lo que tengo, sé que esto tendrá solución, pero cuesta mucho mantenerse de pie, pero lo haré porque soy fuerte, aparte tengo otras más dolencias pero creo que el estómago es mi principal obstáculo, no sé porque mi cuerpo habrá salido defectuosos, sabes porque sigo luchando, por mi familia, por mí y con la guía de dios mientras siga respirando me pondré de pie así caiga mil veces, hoy duele mi cuerpo, se siente cansado, mi cabeza también y bueno mi estómago como siempre fastidiando, me arden los ojos y tengo síntomas como los de la gripe, me pregunto, como le hago para seguir adelante, ¿algún consejo?, me siento atado a varias cadenas, esto ocurre cada cierto tiempo últimamente es mensual creo, este malestar general que ni sé que es, aunque estuve pensando y pienso que se debe que tengo bajas defensas y la gripe me da de una manera muy fuerte que me descompone por completo y bueno el estómago me tortura todos los días, trato de sobrellevarlo, pero a veces el cuerpo desea descansar, ¿qué opinas de todo esto?, ese es mi día a día, así es como me siento todos los días, siempre hay fastidio, pero trato de sobrellevarlo, puedo estar tal vez un tiempo fuera de casa, pero es como si mi cuerpo tuviera límite de tiempo, es por eso que hago pequeñas cosas por así decirlo y cada cierto tiempo experimento con mi cuerpo, cuanto puede resistir fuera, muchas veces cuando salgo tomo pastillas , no para la ansiedad, sino para el dolor, hago lo que puedo, pero a pesar de haber logrado algunas cosas, siento que me falta mucho, soy muy duro conmigo supongo, en conclusión, para mi cada día es una lucha interna con mi propio cuerpo, cada día trato de vivirlo como si fuera la última vez, esa es otra parte de mí que tal vez no conocías. Luego me diagnosticaron Síndrome del intestino irritable, supongo que a ello se debía todo lo respecto a mi estómago. Superé mi fobia social mis cuadros de agorafobia, duele, cansa esa lucha diaria con tu cuerpo cada día, de tanto llorar hasta ya te das cuenta que no te salen lágrimas de los ojos, hay días buenos, malos y otros días donde todo te sale mal, esos son los peores, se mezclan tanto la ansiedad, la depresión más mis achaques físicos y te sientes un alma en pena pero aún estoy aquí, aún respiro y tengo fe que todo pasara, quien sabe tal vez no estuviera aquí en este momento pero mis padres y Dios aún me mantienen de pie, y mientras pueda respirar estaré aquí. Este es una pequeña parte de mi pequeño gran planeta. Dicen que algunas personas tienen la facilidad de ocultar su dolor pues yo soy una de ellas. Siempre fuerte y continuar a pesar de los obstáculos. Recuerda que el milagro más grande del mundo eres tú. #Amorpropio #Noestásoloestamosjuntosenesto #Empatía #Dasinesperarnadaacambio #Oraysoloespera
Hola, soy Elizabeth y tengo anorexia. Me la diagnosticaron en setiembre del año pasado pero la sufrí desde inicios de ese año. Mi camino hacia la recuperación está siendo muy largo y por momentos duro. Pasé por dos internamientos el año pasado y una terapia que me trajo consigo que tenga descanso médico en el trabajo, cuando volví al trabajo luego de casi tres meses mi jefa, a la que yo le había contado sobre mi enfermedad, me dijo que solamente trabajaría lo que quedaba del mes ya que la empresa no podía tener a alguien en mi condición ya que era peligroso porque podía desmayarme o caerme o simplemente no podía cargar cosas porque me veía débil sumado a esto me comentó lo que dijeron en mi ausencia… La gerenta dijo que la empresa no era beneficencia, las compañeras hablaban en los baños acerca de mi salud mental sin conocerme siquiera ni saber mi diagnóstico diciendo que estaba delgada porque seguro mi novio me dejó. Soy ingeniera y no consigo trabajo hace cuatro meses, posiblemente iré a provincia a probar suerte. Lucho a diario para no acerme daño, lucho a diario para que mi mente no me juegue en contra, lucho a diario porque quiero que mi familia sea feliz. Mi enfermedad ha afectado mucho a mi entorno familiar pero con ayuda de mi doctora y mi terapeuta mi familia aprendió a sobrellevar mi mal sin embargo tengo parientes que me juzgan duramente por mi alimentación y hábitos, ojalá hubiera mas conciencia sobre la salud mental ya que no es una elección sufrir de un trastorno.
Hola! Pues esta me parece una excelente iniciativa. Soy psicóloga y tengo Tept. Trastorno de Estrés post traumático luego de que de la noche a la mañana me detectaron un tumor en el ovario. Muchas personas me dijeron que yo siendo psicológica podría controlar la ansiedad que me producía el pensar en esta vivencia terrible, sin embargo no fue así. Llevé tratamiento para los ataques de pánico y a pesar de que hasta el momento hay síntomas que continúan, ya puedo hacer mi vida como siempre, trabajar, e incluso cree un blog para ayudar a cualquier persona que esté pasando por una situación similar. Lo dejo aquí: http://www.unapsicologacontept.wordpress.com
Un saludo, y recuerden! Somos más que un diagnóstico.
Lore
Hola! Lo que dice Lorena es cierto somo más que un diagnóstico, a mi en el 2015 me detectaron «Depresión bipolar atípica» cuando escuche eso de la boca de mi psiquiatra mi primera pregunta fue en cuanto tiempo voy a curarme?, la respuesta me devastó, no tenía cura sólo podía mantenerme al margen con medicamento, que era necesario porque tenía crisis de depresión fuerte y regulares y eso frenarían mis pensamientos suicidas, lo más alentador que escuche ese día fue que la dosis iba a disminuir, sé que en muchos casos la medicina es necesaria, pero también sé ahora que no en todos los casos una pastilla nos arreglará, esto va más allá de un medicamento que nos alivie, va en entender en que sucede en nuestro organismo para que no segregue una sustancia en la cantidad suficiente para mantener a nuestro cerebro estable, va en el hecho en como esta nuestro entorno, va en el hecho de que experiencia en nuestra vida nos marco y sólo lo ocultamos para que no nos afecte, esto va mucho más de lo genético, si bien hay muchas enfermedades que podemos heredar o pueden estar activos en nuestros genes, gran parte de las enfermedades podemos dejar de estigmatizarlas por lo que nos toco vivir, vengo luchando con esto desde el 2015 porque antes de ese año simplemente no sabía lo que me sucedía, no lo entendía y lo ocultaba, ahora lo entiendo un poco más lucho cada día porque cuando me pase un pensamiento que no me hace bien trato de reconocerlo y no permitirle que me siga causando daño, mi historia es un poco larga de contar, por ahora me alegra haber llegado a este grupo y conocer un poco sobre ustedes, es muy difícil hablar de esto con personas que no hayan pasado por algo así, quisiera terminar de escribir esto y decirles que ahora todo me va bien y estoy feliz de mi vida, pero aún no he llegado a ese punto, estoy trabajando en ello, sin juzgarme, sin tratar de culparme por todo el tiempo perdido (no lo debo ver así porque si no hubiera llegado a tener la crisis más fuerte en ese año quizás nunca hubiera entendido todo lo que entiendo ahora y hubiera seguido ocultando lo que me sucedía, pero aún siento pánico de retomar muchas cosas). Sean fuerte chicos, sepan que en algún lugar no lejos de ustedes hay personas que también piensan que están solos, pero no es así. Sería muy bueno si utilizamos este foro para motivarnos e ir contando nuestros pequeños y grandes avances, recomendarnos algo que nos haya servido. Si se animan escriban, les mando un fuerte abrazo!!
Mi nombre es Karol Andrea Valencia Jaén , pongo mis datos porque no me da miedo reconocer la enfermedad que tengo.Yo soy paciente diagnosticada con trastorno borderline o trastorno límite de personalidad. Mi ex novio me ayudó a detectar lo que tenía después de que intentara suicidarme delante suyo porque tenía temor que él me abandone. siempre ha padecido de ese síntoma en particular «pánico al abandono» , entonces al fin cuando sabía que era borderline pude reconocerme perfectamente en el perfil de los que padecen de esa enfermedad , soy un excelente ejemplo de un borderline, sarcasmo aparte… Asisto a terapia con una psicóloga y un psiquiatra , muy amables ambos, oro mucho, intento tener una vida normal con mis amigos y amigas, aunque a veces ando tan desanimada que me recluyo y no deseo verlos porque pienso que no encajo más en el grupo u otras cosas, se supone que mi historia debería servir para motivarlos a seguir con nuestra lucha por la salud mental y lamento si con mi testimonio no contribuyo a ello , pero necesito contar mi historia, por alguna extraña razón a pesar de haber atentado contra mí y querer suicidarme muchas veces sigo aquí y por eso cuento mi historia, para que los demás vean que aunque a veces uno no desea existir más , siempre Dios (para los creyentes) o alguna extraña fuerza (para los no creyentes) está ahí empujándonos y dándonos fuerza de donde menos imaginamos y de formas tan diversas , nos invita a seguir luchando , porque eso si…si algo he aprendido de ser borderline es que cada día es una batalla y cada ser humano independientemente de lo que tenga o no , sano o no , estable emocionalmente o no, tiene batallas todos los días, la mía es tratar de ser feliz y mejorar mi autoestima, modificar mis comportamientos , yo se bien cuales son mis batallas. éstos días en particular al conmemorar el 8vo aniversario de mi diagnóstico de TLP , el chico que me ayudó a diagnosticar lo que tengo me ha dicho que no quiere saber más de mi lo que generó una crisis y obviamente una autoagresión a mi misma, así que ya no quiere saber más de mi, eso me hiere en lo más profundo porque lo amo y no es apego ya lo he analizado, mi familia está súper preocupada , eso si me da mucha pena porque yo no quiero que se preocupen por mi, pues lo amo mucho, mi perrita sufre porque ve a su dueña como un zombie medicada y deprimida, realmente éstos días mis crisis parecen ser mejores , parece que no mejoro y veo todo muy oscuro , me siento muy mal y muy sola, pero decidí compartir mi historia , hay veces cuando todo está en orden y en calma que yo fluyo como en una danza y vuelvo a ser yo la persona alegre que siempre he sido y que siempre sonríe y doy ánimos a los demás, espero poder mejorar poco a poco ya he tomado demasiadas malas decisiones y me he perdonado por eso también y se que con lo que tengo le hago daño a mucha gente pero sobretodo a mi misma, agradeceré a todos que sigamos luchando para concientizar a los demás acerca de la salud mental a fin de que ya no sea un tema tabú y se pueda hablar abiertamente de lo que nos pasa. Mi lucha contra la enfermedad recién está comenzando , recién voy 8 meses y se que aunque esto no tiene cura algún día podré recuperar mi alas y podré volar de manera estable y tomar nuevamente las riendas de mi vida. Tengo fe y la fe es lo último que se pierde y tengo tanto amor para dar que no dejaré de darlo a los demás por más que al saber lo que tengo algunos se alejen y me abandonen como mi ex novio, o me crean una minusválida por esto. Ésta es la guerra que me ha tocado vivir, la vida que debo enfrentar y voy a seguir intentanto hasta que un día pueda ser completamente feliz y plena conmigo mismo y pueda compartir esa felicidad (que yo se que está en mí) con los demás. TENGO FE
Hola con todos tenga buenas noches.Mi nombre es Isamar Dianira,pues no temo decirlo me diagnosticaron Depresión moderada hace unos 2 años en el Noguchi aprox.Desde ahi que tomo fluoxetina y clonazepam. En verdad pasé días frustrantes incluso atende contra mi vida…La razón x lo q comparto esta historia es para hacerles ver que a pesar de la indiferencia de los demás tanto familia como amigos es que si continuó con vida y tengo tranquilidad mental no es x las pastillas menos x la gente es x q encontré el sentido de la vida,ahora se cual es mi propósito. Se que no puedo comprender a la perfección x lo que pasan pero nada me daria mas gusto que ayudar a mitigar ese dolor emocional que sentimos.Cada dia despierto y se que aunque no puedo cambiar mi vida si puede ser llevadera.No teman decir lo que sienten ,recuerden que no estan solos juntos seremos invensibles. Saludos
Hace 3 meses me diagnosticaron ansiedad generalizada y personalidad hipocondriaca. Ya no tengo crisis de pánico, pero tenerlas es lo peor del mundo porque sientes que no estás en tu cuerpo (despersonificación), sientes que te vas a morir o que te va a dar un paro, tienes ganas de llorar de la nada y te preocupas por tonterías. No le deseo a nadie tener una crisis de ansiedad. Una vez tuve miedo de volverme loca y mi ataque de ansiedad atacó en ese momento, pensando que de verdad me estaba volviendo loca. Odio tener que tomar pastillas que modifican el funcionamiento de mi cerebro, así que las he dejado. Recurro a la meditación y a la respiración pausada para calmarme en mis peores momentos. Me pasó que me junté con un grupo de amigos y empecé a sentir ansiedad en ese momento mientras hablaba, tuve que disimularlo. A veces pienso que desde que mi familia sabe piensan que estoy media loca y me cuidan más, pero yo estoy segura de que sigo siendo la misma persona. Sin embargo, durante mis crisis de pánico, lloro pidiendo ser «normal». ¿Qué es normal? A veces pienso que la gente normal no piensa tan seguido ni se preocupa en la muerte como yo. O quizás sí, quizás no todos pero varios. Es difícil vivir en un mundo en el cuando dices que tienes ansiedad y miedo a morir te vean como bicho raro.
Hola…hace muchos años que quería hablar sobre mi y contar sobre mi experiencia …la vida cambio para mi en el año 2001 ,cuando estaba terminando el colegio,llegó a mi vida la enfermedad,al inicio fue difícil asimilarla ,tenia 16 años era una adolescente ,y mi salud se vino abajo…para mejorar mi salud fui sometida a tratamiento, mi cuerpo tuvo una cura de sueño,si hablamos en términos informáticos,algo así como un reseteo.
Los primero meses mi tratamiento se torno difícil,pero seguí adelante ,tenia que regresar ,que seguir haciendo mi vida con normalidad … poco a poco fui asimilando muchas cosas ,entendiendo que tenia que tomar medicamento diario,que me atendería un psiquiatra ; que había cosas que no podía hacer y que tenia que cuidarme.
Han pasado 17 años,un proceso que me ha enseñado mucho,la verdad es que si me conocieran quizás ni pensarían que tengo una enfermedad mental y a todos aquellos que están en mi mismo camino,solo quiero decirles algo…saben no están solos ,somos muchos,quizás somos algo invisibles porque esta sociedad aún no esta preparada sobre salud mental,pero para ello estamos nosotros,para aclararles que somos como todos … poco a poco podremos hacer que esta sociedad mejore .
CREO QUE PODRÍA TENER TLP:
Yo tuve depresión (leve, moderada y grave) desde mediados del 2014 hasta finales del 2016. Del 2015 al 2016 asistí al Hospital Noguchi, acá en Lima, donde antes de recetarme pastillas para la depresión y el insomnio me tomaron un test de 10 mts cuyo resultado, dijeron (por la coincidencia de 5 a 9 -no recuerdo si era más-) arrojaba que podría tener TLP. Sobre ello no se me volvió a mencionar jamás. Como me molestaba no ver interés de parte del psiquiatra en estudiar mi afección y no darme las posibles soluciones para mejorar, finalizando el año dejé de ir a las “citas” y dejé de tomar las pastillas.
Este año, 2017, asistí a una evaluación psicológica de una semana en el COPSI de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y el último día de dicho exámen el interno responsable de mi evaluación se sorprendió cuando le mencioné que en el Noguchi me habían dicho que podría tener TLP: Él también veía en mí a una persona con TLP. Me puse a investigar sobre lo que es TLP, y aunque me sentí parcialmente identificada en algunas cosas, rechacé la idea de ser un TLP, “imposible, no soy tan mediocre como ellos: yo sí he llegado a conseguir herramientas/defensas emocionales que me permitan avanzar en esta sociedad y vida de mierda”. Sin embargo, cuando decaía mi fortaleza emocional el pensamiento culposo de ser un TLP venía a mi cabeza; así que me puse a llorar, a sentir temor y ha comenzar a asimilar la gran posibilidad de ser un TLP. Luego de una semana fui a recibir el resultado de mi evaluación el interno se retractó, me dijo que no pensara en que soy o no TLP, “tener un diagnóstico de ese tipo toma mucho tiempo” (el día que soltó que sí podría tenerlo me dijo lo contrario: “si en cinco minutos se te detecta varios síntomas, el diagnóstico está hecho”). Volví a sentirme a la deriva, pero con mucha fortaleza para no dejarme decaer, ya no quería volver a la etapa depresiva, había mejorado tanto este año, me sentía más segura, con ganas de sanarme, no me iba a dejar decaer; acepté “el error” del interno y esperé la fecha de mi primera cita con el dr. en psicología que el interno me recomendó. Hasta ahora voy 3 citas de 15-20 mts (cuando deberían ser de 45mts) con el susodicho.
También asisto los viernes a una sesión con la psicóloga de mi facultad, ella me ha dicho que no piense en que si tengo o no TLP, que podría autosugestionarme, que ella me va a decir con el pasar del tiempo si tengo o tuve (¿?) TLP.
Yo he estado investigando por mi parte mediante fuentes mediana o altamente serias y cada día me siento más identificada; a veces esto me fortalece, pero otros días hace que me sienta discapacitada, hecha al fracaso. A veces pienso que sí me he autosugestionado, porque no estaba así a incios de año; a inicios de año tenía un horizonte que mirar y quería ir a por él; ahora no quiero nada, el vacío me ha engullido.
Son tantas las similitudes con el transtorno: La baja autoestima, la severa crítica hacia uno mismo, los sentimientos de culpa, la desconfianza hacia los demás, la intensa sensibilidad, la sensación de vacío, los arranques de rabia (en mi caso no son violentas -de niña sí lo eran, pero dicen que cualquiera es así de niño- y este año, a inicios, lo pude controlar mejor -ahora ya no-) la exagerada importancia sobre lo que piensen los demás de uno mismo, la nula posesión de -en mi caso desde siempre, aunque estos años en la universidad he intentado dolorosamente obtener) herramientas de socialización, la “manipulación” como modo de evasión o defensa ante lo que emocionalmente amenace.
Me pregunto cuándo voy a saber lo que tengo. Mis padres no saben qué podría tener, quieren ayudar pero no saben cómo y les cuesta involucrarse (no quieren aunque saben que deben). Yo me siento una carga. Muchas veces he renegado de mi vida, todo lo que he hecho no lo he hecho a la par que otras personas de mi misma edad, he sido muy severa conmigo. No estaba mal ingresar a la universidad a los 21 años, no estaba mal terminar la escuela a los 17, no estaba mal buscar que era lo mío y prepararme sola durante 3 años porque no sabía como relacionarme con los demás y porque ¿quién aprende para la universidad en una escuela pública?. No estaba mal nada de eso, todo eso lo había hecho con mucho esfuerzo, siempre he querido aprender. Mi mayor anhelo en la vida era aprender, aprehender, siempre ávida de más conocimientos; pero ya no tengo ese anhelo, mi severidad y mis reproches hacia mí me han convencido que soy indigna de todo, que no sirvo para el conocimiento, que no puedo estar segura de nada, que la vida no tiene sentido. Me siento tan incapacitada, me duele verme así, echa arapos. Yo no merecía esto, mas yo lo propicié.
Odio victimizarme. En la actualidad no me va bien: Todo estaba yendo bien, estaba trabajando, conociendo gente, manejando mi único curso en la universidad, asistiendo a terapia (sin cumplir la ultima tarea de leer mis pensamientos positivos a diario); pero volvió la vanidad, la mediocridad en mí, las excusas de que falta esto y lo otro, de que “ay, no me siento segura, creo que no lo podré hacer”, y no presenté mi ultimo trabajo de mi curso, decidí renunciar a mi trabajo porque pensándolo bien no me dejaba hacer todas las cosas que quería y debía hacer (como leer más, asistir a eventos, escribir en mi blog, ponerme al dia en mis cursos virtuales, atender el curso de Filosofía analítica) y porque además me estresaba sentir que los demás compañeros de trabajo me rechazaban, y entonces todo se fue a la mierda.
No sé qué ha pasado, he regresionado, he vuelto a sentirme nada, a sentirme un fracaso, a sentirme indigna; acabo de fallarle a varias personas que me han dado la oportunidad de mejorar, no he puesto de mi parte.
No sé qué hacer, tengo mucho miedo. Quiero salir de esto, levantarme de la cama, ducharme, cargar mi mp3, tomar mi bicicleta e ir a la unversidad a trabajar, a estudiar, y a cumplir con mi meta de leer poesía más seguido, investigar sobre filosofía analítica, leer y escribir. Pero estoy aquí en el chiquero de mi cuarto inmovil, inamovible. No merezco nada, yo mismo me saboteo todo.
Interactuar con mi familia a diario es difíci; trato de mostrarme bien, miento en que haré tal y cual cosa en el día, pero no hago nada.
Quiero que todo vuelva a ser como era antes de la evaluación en el COPSI, o antes de entrar a tarbajar, o antes de saber sobre el TLP.
Yo siento mucho todos los problemas que causo. Lo siento mucho.
¡Tú puedes avanzar! Qué bueno que quieras seguir adelante es una de las mejores motivaciones para uno mismo 😀
Bien! Siempre adelante y avanzando. A enfocarse en los logros, que para algunos no es poco; pero para otros tantos es MUCHISIMO! o/
Desde niño fui tímido, poco a poco se iba acumulando hasta que estalló a los 17 años, me llevaron al noguchi, me recetaron paroxetina y clonazepam, tenia depresion, a los 3 meses ya me sentia mejor, pero volvi a caer a los 21, esta vez me recetaron risperidona y hasta el dia de hoy, casi 9 años después la continuó tomando.
No voy a negar que en un principio quise ocultarlo, pero luego lo hice público, me metí en actividades que no hacían más que afectar mi salud mental, aún hoy continúo en la universidad, casi todas mis amistades cercanas saben de la enfermedad que tengo, algunas personas se alejaron cuando lo hice público, sobre todo porque a pesar de estar medicado, hice cosas, me hice conocido por apoyar a personas que después defraudaron, después me acerque a la religión, conocí gente que supuestamente me comprendía, pero solo me afecto aun mas mi salud mental.
Pero fueron mis decisiones que tome las que me llevaron a estar medicado hoy con una dosis considerable de ese antipsicótico, solo pocos te entienden, pero siempre tengo la voluntad de no quedarme, se que seré profesional, he avanzado y lo seguiré haciendo.
Desde los 4 o 5 años viví con miedo, miedo a no ser querida o al castigo. Esta sensación durante la adolescencia devino en aislamiento y constante depresión. Conforme pasaron los años asumí que todo ese proceso había sido normal. No obstante, a partir de los 18, 19 años comencé a experimentar ansiedad. Primero la atribuía a circunstancias particulares: estrés por la universidad, relaciones de pareja, entre otros. Pero esta sensación nunca se iba, el miedo al futuro, a quedarme sola, a morir, solo era reemplazado por diferentes temores.
Había momentos en que podía olvidarlo o mejor dicho ignorarlo, hasta que cumplí 24 años y la situación empeoró. Terminé una relación y comenzaron los ataques de pánico: sentía que moriría, no era capaz de pensar racionalmente y todo mi cuerpo reaccionaba a ello (taquicardia, escalofríos, respiración entrecortada). Comencé a ver una psicóloga y parecía que todo estaba bajo control, pero mi afán de ser perfecta y mi incapacidad de establecer relaciones sanas siempre detonaban nuevos motivos por los cuales sentirme ansiosa.
El año siguiente empecé un nuevo trabajo y estaba en una nueva relación, todo parecía haber mejorado, pero nuevamente el miedo a arruinarlo todo me llevaron a nuevas crisis. Inicié un tratamiento con pastillas, las cuales aparentemente neutralizaron la ansiedad y depresión. Sin embargo, un día el miedo ganó y perdí el control: tomé una gran cantidad de ansiolíticos que me llevaron a perder el conocimiento y terminar en emergencias. Cuando pude recuperarme sentí vergüenza y vulnerabilidad: había hecho pasar a mis papás por tanta preocupación por mi incapacidad de controlarme.
Desde ese momento mis papás empezaron a controlar mi ingesta de pastillas, no tenía acceso a ellas por el riesgo a una nueva sobredosis. En este punto sentía que había perdido todo el control de mi vida: «estoy loca», «¿Cómo voy a relacionarme con las personas?», «¿Cómo voy a mantener un trabajo si siempre somatizo el estrés?», «¿Qué va a pensar la gente de mí?». Me acostumbré a escuchar comentarios como «relájate», «todos sufrimos de ansiedad», «hay personas que tienen problemas peores» a lo que siempre quise responder «¿Crees que no lo he intentado?» «¿Crees que no sé eso?» pero no pude.
La ansiedad me llevó a renunciar a un trabajo donde me era imposible manejar el estrés. Soy profesora, así que renunciar a un colegio por la incapacidad de manejar a los alumnos y hallar estabilidad emocional era para mí un total fracaso.
Hoy en día trabajo en otro lugar, me siento tranquila y soy feliz con lo que hago. Tras pasar por diferentes psicólogos y luego de unos meses de haber sido diagnosticada con trastorno de pánico poco a poco desarrollo mecanismos para comprender mis miedos, cuáles son sus orígenes y cuán irracionales son. Mi forma de ser me permite reír de todo esto y gracias al apoyo de las personas que me quieren, especialmente mis padres, estoy aprendiendo a aceptarme: no debo ser perfecta y soy capaz de lograr todo lo que me propongo si confío en mí misma. No creo ser un ejemplo a seguir porque aún tengo mucho camino por recorrer, pero este año he crecido y madurado en diferentes aspectos y soy feliz con ello. Aún sufro recaídas que me dejan exhausta y deprimida, pero voy aprendiendo cómo superarlas y que lo mejor es decir lo que siento y no está mal pedir ayuda si la necesito.
Espero que este pequeño testimonio pueda servir para alguien que atraviesa una situación similar para que sepa que no está solo/a, que somos muchas personas que tratamos de manejar la ansiedad diariamente y lo mejor es reconocerla y enfrentarla cara a cara que ocultarla.
Recuerdo mis primeros días internada en el hospital; conocí a personas internadas por diversos cuadros, como bulimia, anorexia, depresión, esquizofrenia, TOC, entre otros. Las veía a todas andando en pijama, con la mirada perdida y tan decaídas que decía dentro de mí: “¿qué hago yo aquí? El lunes debo ir a la universidad y en la noche tengo reunión de mi partido político…”. En fin, tenía una vida activa y aparentemente normal. Pero ahora yo era una interna más que tuvo un intento de suicidio y con un diagnóstico con nombre y apellido: Borderline o Trastorno Limítrofe de personalidad (TLP).
Cuando ingresé al hospital lloraba y pedía a gritos salir. Sin embargo, cuando llegó el momento y fui finalmente dada de alta, conocí de cerca el estigma y la discriminación.
Me veía diferente: había subido de peso a causa de la medicación, mi motricidad se vio afectada y puedo decir que caminaba como un robot. Incluso mi madre me llevaba del brazo porque temía que me caiga, o quizá para disimular mi anormal forma de caminar.
La familia puede amarte, pero también puede sentir vergüenza de tener una persona ”diferente” en su familia. Evidentemente si caminas como robot es porque estás medicada pues estás en tratamiento por una afección mental. Sin embargo, nunca faltará alguien que consulte ¿de que está enferma? y de hecho si dices cancer tal vez se compadezcan pero si dices tiene un trastorno mental se asustarán o se alejarán de ti.
Lo siguiente que puedo mencionar y que me marcó definitivamente es que yo era una estudiante promedio, incluso sobresaliente en algunos cursos de una prestigiosa universidad de Lima. Pero por mis depresiones, crisis y todo lo que vino antes de caer en el internamiento, falté mucho a clases y tenía cursos desaprobados y ya no recuerdo exactamente si iba a trica o no pero se que mi ausencia durante los 3 meses empeoró mi situación.
Cuando salí del hospital de salud mental sólo quería seguir mi vida, recuperar esos meses según yo perdidos. Mi hermanó me ayudó a realizar los trámites y consiguió una evaluación que determinaría mi permanencia en la facultad y mi reincorporación al siguiente ciclo que iniciaba en pocas semanas. Yo estaba feliz porque podría continuar con mi vida que se había paralizado durante el internamiento.
Mi psiquiatra me indicó que no diera ese examen y que buscáramos otra solución, pues mis habilidades cognitivas se habían visto afectadas por la medicación en ese momento. Me sugirió que espere a que mi organismo asimile la medicina y así pueda retomar los estudios, tal vez al año siguiente. Pero no, yo quería recuperar mi vida y hacer como si nada hubiera pasado.
Llegó el día del examen y fui con total confianza. ¿Qué podía salir mal? Al ver mi insistencia y terquedad por dar el examen y reincorporarme lo más pronto posible, mi psiquiatra escribió una carta indicando que no debería dar ese examen debido a mi diagnóstico y la presenté a mi evaluador. Él la recibió y no le mostró importancia alguna. Me dieron una fecha en la que me entregarían el resultado, y una cita con una autoridad de la facultad que vería mi caso (pues obviamente había justificado mis faltas con la documentación del hospital).
Nunca olvidaré ese día: ingresé a esa especie de sala de juntas donde había una mesa larga. Y conocí a quien ya tenía mis resultados del examen y vería mi caso. No recuerdo casi nada de la conversación ni su aspecto, sólo recuerdo que era varón y era un cura. Hay muchos recuerdos que se fueron y hoy son sólo intervalos de tiempo perdidos, que no puedo recuperar. Lo que sí recuerdo fue su pregunta: ¿por qué quieres seguir estudiando aquí?
Y le respondí: porque es mi universidad, porque siempre quise estudiar aquí. Sólo quiero recuperar el tiempo perdido y hacerlo bien esta vez.
Entonces en tono persuasivo me dijo algo que nunca olvidaré porque cualquier persona inteligente sabe lo que significa: ¿NO HAS PENSADO EN OTRAS UNIVERSIDADES? ¿TAL VEZ UNA UNIVERSIDAD MENOS EXIGENTE?
Tímidamente, y destruida, le dije, no.
No recuerdo cómo nos despedimos o como me dio la noticia de que había sido «expulsada» no sé si ese sea el término, pero ya no podía reincorporarme. Esa era la conclusión.
Me entregaron un documento que ya ni tengo, se lo conté a mi familia y todos me dijeron el Dr. te dijo que no dieras el examen. Pero claro, es fácil decir eso cuando no se tiene la ansiedad dentro, y cuando no eres tú el que padece un trastorno mental.
Pasado el tiempo y ya con más lucidez, pensé que hasta podría rebatir esa resolución y presentarla al centro federado. Tenía documentación que me avalaba. Pero sinceramente, me sentí discriminada y dañó mucho mi autoestima. Estaba tan débil emocionalmente que no fui capaz de reclamar mi DERECHO A PERMANECER EN ESA UNIVERSIDAD.
Pocas personas saben esta historia, es la primera vez que la cuento tal cual. Pero si alguien que conoces pasa por una situación similar, sólo aconsejo a la FAMILIA, APÓYENLO/A.
Una persona con cualquier problema de salud mental puede estar tan débil de no ser capaz de defenderse a sí mismo. Así que defiéndanlo ustedes. Defendámolos nosotros, alcemos la voz por ellos. TAL VEZ SEAMOS LA ÚNICA VOZ QUE HABLE POR ELLOS.
@MIBORDERLINEYYO, tienes mucha valentía por compartir tu testimonio. No pierdas la fe y fuerza por favor! Lo que te pasó, nadie lo debe pasar, debemos tener políticas públicas inclusivas, con entidades educativas con mayor empatía y menos estatutos. Desde De-mentes, te agradecemos por compartir tu historia. No te rindas, porque no estás sola! Escríbenos a nuestro inbox o al correo de voluntariado! Nos gustaría saber más de ti. Un abrazo.
wow! eres muy valiente 🙂 Eso de por sí es un gran tesoro en ti. Totalmente de acuerdo en que, en esos momentos oscuros que esté pasando el hermano, hija, papá, tío, tía,etc., la familia debe estar con él o ella y lo hacen, en muchos casos, por el gran amor que le tienen.
Desde hace más de un año lucho día a día con el estigma que la sociedad y mi propia familia me ha puesto por tener trastorno de pánico y depresión. Recuerdo la primera vez que me dio una crisis de pánico en la universidad; la mayoría de mis compañeros me miraban como un bicho raro y no me prestaban ayuda. Era realmente frustrante ver como la indiferencia era tan grande.
Estuve en “calma” por más o menos año y medio, me gradué y saqué mi bachillerato como periodista. Luego de ello, decidí prepararme para licenciarme y tuve varios problemas para hacerlo y me generaron angustia y mucha tristeza con ello, tuve un golpe muy fuerte; la muerte de mi padrino, una de las personas con las que he vivido desde que nací. Poco a poco sentí como me desgastaba en cuerpo y espíritu. Mi tristeza ya era más fuerte de lo normal. Y fue cuando la ansiedad me atacó de la peor manera.
Mis días eran terribles. Para mi, despertar era una tortura, porque tenía terror de enfrentar al mundo y sobre todo a cada ataque de pánico. Le tomé miedo a sentir miedo. Dejé mi trabajo, mis estudios de alemán, dejé mi sonrisa y ganas de vivir atrás. Mi mayor deseo era no sentir miedo y huir muy lejos de lo que sentía.
El ataque de pánico es como una montaña rusa, te sube y te baja. Al final del trayecto quedas molido (a) sin fuerzas de nada y con el temor latente de que volverá una vuelta mortal. Amigxs, si ustedes están pasando por esto, déjenme decirles que con tratamiento y muchísima fuerza de voluntad podrán salir adelante. Tomo una paroxetina diaria de 20 mg. y antes tomaba tres alprazolam para no tener miedo y ni así lograba estar tranquila, felizmente con terapia y medicinas estoy mucho mejor pero no fue un camino fácil, he vivido y sigo viviendo el estigma de la sociedad por ser una paciente que recibe tratamiento. Incluso en el aspecto laboral. A pesar de eso no me doy por vencida, ya encontraré un trabajo donde pueda desarrollarme y mostrar mi capacidad.
Sí conocen a alguién con transtorno de pánico o depresión no la juzguen, no nos hacemos los depres o inventamos sentir una crisis de ansiedad. Sean solidarios con nosotros y dennos una palabra de aliento cada vez que puedan. Porque eso nos ayuda infinitamente. SOMOS LUCHADORES Y ESO ES VALORABLE. Muchos abrazos, De Mentes.
Cristofer
Soy un joven que ha tenido de alguna manera una difícil adolescencia,mucho de eso por el bullyng que me hacian en el colegio,el cambio empezó cuando me cambiaron de colegio mi situación ecónomica la de mi familia mello mucho en mi autoestima que sufrí de depresión desde los 12 años yo no supe de una buena amistad hasta los 17 años y me volví un chico muy tímido con las chicas,creó que la soledad me hizo mucho daño tanto como estos jóvenes que me hicieron bullyng y yo con mi poco carácter para decir no! o como se dice en la jerga achorarme con el matón le tuve miedo mucho tiempo,pero ahora siento que fue una persona muy débil y de baja autoestima ya que decir a alguien que no vale nada es una gran error,cada persona es única y especial,eso aprendí con el paso del tiempo.
Bueno procástine la universidad por problemas psicóticos y de enfermedad de mi madre ,ya sea un tipo de personalidad que ahora recién me diagnósticaron como narcisista y no porque yo lo hubiera querido,siento que la sociedad humilde donde vivo lo creó,en este momento luchó contra las enfermedades mi problema que viene con un trastorno de ansiedad generalizada que me hace mucho daño,por las pastillas,pero se que algún momento el problema pasara porque siempre vivo con fé,mi madre sufre de cáncer y cada dia me demuestra desde también sus problemas que hay que tener fé.
En la actualidad vivo con dificultades si,la sociedad me molesta demasiado sus críticas si!!,pero yo soy una persona que no se rinde y estoy terminando mi carrera técnica de computación e informática con mucha valentía.
Namáste
Todo empezó alrededor de los 13 años luego de haber reprimido emociones y conversaciones necesarias por algunos años. Me diagnosticaron depresión sin ningún estudio profundo y ante la ignorancia de mis padres sobre salud mental, decidieron aceptar el tratamiento, el cual llevé por algún tiempo pero a la larga lo dejé por lo vacío que se sentía y por haber pensado que lo había «superado» sola.
La «depresión» regresaba cada cierto tiempo y cada vez con más fuerza, al punto de que mi madre se preguntaba qué era lo que realmente tenía. A los 21 tomé la decisión de ir con un psiquiatra con el que se trató mi madre cuando le dio depresión el cual me había visto una vez y tenía noción de mi. Me atendió en el Larco Herrera junto con 2 psicólogos y luego de largos exámenes, estudios y conversaciones tanto conmigo como de mi madre llegó el resultado: Trastorno Limítrofe de Personalidad, también llamado «Borderline», el cual podría haber adquirido por factores ambientales (sociales, familiares, traumas, etc) o o también genéticos. Mis padres y yo quedamos fríos, nunca habíamos escuchado de eso y menos sabíamos que hacer. Empecé tratamiento en dicho hospital tanto psiquiátrico como psicológico los cuales no resultaron muy bien porque las citas eran demasiado espaciadas debido a la cantidad de gente que se atiende ahí.
Para mi, as emociones son tan intensas como un shot de pisco puro, la tristeza quema el pecho como fuego vivo, la ansiedad se convierte en ataques de pánico, el estrés me tira a la cama con nauseas y se siente como si pusieran toneladas de peso encima mío, socializar es agotador, las cosas y el día a día se vuelven difíciles de separar de extremos, todo se vuelve o blanco o negro y las migrañas se sienten se suelen sentir más dolorosas, como si me taladraran la cabeza a la misma vez que la martillan.
Luego de un «bajón» fuerte, mis defensas bajaron, la migraña se hizo mas frecuente, empecé a enfermarme de gripe y de las cosas mas sencillas, no tenía ni fuerzas para levantarme de la cama. Mi madre se contactó con un par de psiquiatras un tanto más especializados los cuales luego de todas las evaluaciones que me hicieron dieron con el mismo diagnóstico, TLP. Con este último llevé tratamiento psiquiátrico en EsSalud ya que ni yo ni mi familia estamos en una situación económica que me permita un mejor tratamiento, el tratamiento y la medicación siempre varía dependiendo de mi evolución y como me siento. En cuanto a tratamiento psicológico hasta hoy no he podido llegar por lo anteriormente dicho junto con que no hemos podido encontrar nadie especializado en TLP.
EsSalud es una gran ayuda pero lamentablemente es frecuente que falten pastillas y tenga que arreglármelas sola para conseguirlas y las citas psicológicas no son especializadas además de ser muy espaciadas. Para mi hablar de esto no es fácil porque las miradas llenas de estigma sobran, no todas las personas entienden y hay incluso quienes se niegan a entender, dicen que «no es nada y se soluciona con una sonrisa» o que es «de locos» o que «no existe». No me siento totalmente libre de poder hablar de mi trastorno o en general de salud mental porque siento que la gente me mira con desgano, miedo, me tildan con adjetivos calificativos feos y hasta hirientes cuando es algo de lo que se debería poder hablar libremente y recibir apoyo, comprensión y cariño.
Tengo mis subidas y bajadas, hoy en día puedo decir que estoy mejor pero aún sigo necesitando ayuda, la cual es difícil de encontrar.
Gracias por tu testimonio, me ayuda a no sentirme sola. Yo tuve depresión (leve, moderada y grave) desde mediados del 2014 hasta finales del 2016. Del 2015 al 2016 asistí al Hospital Noguchi, acá en Lima, donde antes de comenzar a tomar pastillas para la depresión y el insomnio me tomaron un test de 10 mts en el cual me dijeron que, por la coincidencia de 5 a 9 -no recuerdo si era más- podría tener TLP. Sobre ello no se me volvió a mencionar jamás. Como me molestaba no ver interés de parte del psiquiatra en estudiar mi afección y no darme las posibles soluciones para mejorar, finalizando el 2016 dejé de ir a las «citas» y dejé de tomar las pastillas. Este año, 2017, asistí a una evaluación psicológica de una semana en el COPSI de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y el último día de dicho exámen el interno respondable de mi evaluación se sorprendió cuando le mencioné que en el Noguchi me habían dicho que podría tener TLP: Él también veía en mí a una persona con TLP. Me puse a investigar sobre lo que es TLP, y aunque me sentí parcialmente identificada en algunas cosas, rechacé la idea de ser un TLP, «imposible, no soy tan mediocre como ellos: yo sí he llegado a conseguir herramientas/defensas emocionales que me permitan avanzar en esta sociedad y vida de mierda». Sin embargo, cuando decaía mi fortaleza emocional el pensamiento culposo de ser un TLP venía a mi cabeza; así que me puse a llorar, a sentir temor y ha comenzar a asimilar la gran posibilidad de ser un TLP. Luego de una semana fui a recibir el resultado de mi evaluación el interno se retractó, me dijo que no pensara en que soy o no TLP, «tener un diagnóstico de ese tipo toma mucho tiempo» (el día que soltó que sí podría tenerlo me dijo lo contrario: «si en cinco minutos se te detecta varios síntomas, el diagnóstico está hecho»). Volví a sentirme a la deriva, pero con mucha fortaleza para no dejarme decaer, ya no quería volver a la etapa depresiva, había mejorado tanto este año, me sentía más segura, con ganas de sanarme, no me iba a dejar decaer; acepté «el error» del interno y esperé la fecha de mi primera cita con el dr. en psicología que el interno me recomendó. Hasta ahora voy 3 citas de 15-20 mts (cuando deberían ser de 45mts) con el susodicho. También asisto los viernes a una sesión con la psicóloga de mi facultad, ella me ha dicho que no piense en si tengo o no TLP, que podría autosugestionarme, que ella me va a decir, con el pasar del tiempo, si tengo o tuve (¿?) TLP.
Yo he estado investigando por mi parte mediante fuentes mediana o altamente serias sobre el TLP, y cada día me siento más identificada; a veces esto me fortalece, pero otros días hace que me sienta discapacitada, hecha al fracaso. A veces pienso que sí me he autosugestionado, porque no estaba así a incios de año; a inicios de año tenía un horizonte que mirar y quería ir a por él; ahora no quiero nada, el vacío me ha engullido. Son tantas las similitudes con el transtorno: La baja autoestima, la severa crítica hacia uno mismo, los sentimientos de culpa, la desconfianza hacia los demás, la intensa sensibilidad, la sensación de vacío, los arranques de rabia (en mi caso no son violentas -de niña sí lo eran, pero dicen que cualquiera es así de niño- y este año, a inicios, lo pude controlar mejor -ahora ya no-) la exagerada importancia sobre lo que piensen los demás de uno mismo, la nula posesión de -en mi caso desde siempre, aunque estos años en la universidad he intentado dolorosamente obtener) herramientas de socialización, la «manipulación» como modo de evasión o defensa ante lo que emocionalmente amenace.
Me pregunto cuándo voy a saber lo que tengo. Mis padres no saben qué podría tener, quieren ayudar pero no saben cómo y les cuesta involucrarse (no quieren aunque saben que deben). Yo me siento una carga. Muchas veces he renegado de mi vida, todo lo que he hecho no lo he hecho a la par que otras personas de mi misma edad, he sido muy severa conmigo. No estaba mal ingresar a la universidad a los 21 años, no estaba mal terminar la escuela a los 17, no estaba mal buscar que era lo mío y prepararme sola durante 3 años porque no sabía como relacionarme con los demás y porque ¿quién aprende para la universidad en una escuela pública?. No estaba mal nada de eso, todo eso lo había hecho con mucho esfuerzo, siempre he querido aprender. Mi mayor anhelo en la vida era aprender, aprehender, siempre ávida de más conocimientos; pero ya no tengo ese anhelo, mi severidad y mis reproches hacia mí me han convencido que soy indigna de todo, que no sirvo para el conocimiento, que no puedo estar segura de nada, que la vida no tiene sentido. Me siento tan incapacitada, me duele verme así, echa arapos. Yo no merecía esto, mas yo lo propicié.
Odio victimizarme. Todo estaba yendo bien, estaba trabajando, conociendo gente, manejando mi único curso en la universidad, asistiendo a terapia (sin cumplir la ultima tarea de leer mis pensamientos positivos a diario); pero volvió la vanidad, la mediocridad en mí, las excusas de que falta esto y lo otro, de que «ay, no me siento segura, creo que no lo podré hacer», y no presenté mi ultimo trabajo de mi curso, decidí renunciar a mi trabajo porque pensándolo bien no me dejaba hacer todas las cosas que quería y debía hacer (como leer más, asistir a eventos, escribir en mi blog, ponerme al dia en mis cursos virtuales, atender el curso de Filosofía analítica), y entonces todo se fue a la mierda.
No sé qué ha pasado, he regresionado, he vuelto a sentirme nada, a sentirme un fracaso, a sentirme indigna; acabo de fallarle a varias personas que me han dado la oportunidad de mejorar, no he puesto de mi parte.
No sé qué hacer, tengo mucho miedo. Quiero salir de esto, levantarme de la cama, ducharme, cargar mi mp3, tomar mi bicicleta e ir a la unversidad a trabajar, a estudiar, y a cumplir con mi meta de leer poesía más seguido, investigar sobre filosofía analítica, leer y escribir. Pero estoy aquí en el chiquero de mi cuarto inmovil, inamovible. No merezco nada, yo mismo me saboteo todo.
Interactuar con mi familia a diario es difíci; trato de mostrarme bien, miento en que haré tal y cual cosa en el día, pero no hago nada.
Quiero que todo vuelva a ser como era antes de la evaluación en el COPSI, antes de entrar a tarbajar, y antes de saber sobre el TLP.
Yo siento mucho todos los problemas que causo. Lo siento mucho.
Estoy lista para contar mi historia a fin de que quien la lea sepa que no es la única persona que se siente así y tal vez pueda ayudarla, asimismo lo hago por mí, y la cuento con mi nombre real y completo porque sé que no hay nada de lo que me deba avergonzar. Aquí va:
El año pasado me dio una «crisis mental» y terminé en el Instituto Hideyo Noguchi, al parecer tengo un tipo de trastorno bipolar al igual que mi hermana por parte de papá. Pero ¿cómo comenzó todo? De hecho, desde niña (6 – 8 años) ya tenía problemas de salud mental, sufría de ansiedad y ataques de pánico cada cierto tiempo, sin embargo, decidí no prestarle atención, ya que la salud mental era tan estigmatizada que tenía miedo de pedir ayuda, miedo a un diagnóstico, miedo al rechazo, me había creído el cuento de que si pedía ayuda era porque estaba «loca» o era débil, sin embargo, los problemas solo aumentaron, no sé cuándo inició la depresión, pero a los 15 años, el psicólogo que visité me dijo que tenía depresión, un día simplemente había dejado de querer seguir viviendo, lloraba a todas horas, me invadía la miseria, me empecé a autolesionar e intenté suicidarme tres veces aunque nunca de una manera seria, estuve así por meses hasta que ya no podía sentir más, y luego se pasó, no obstante, no sería mi último episodio depresivo, no sé cuándo inició la euforia e hiperactividad, no lo había notado, pero el año pasado todo se salió de control, y el elefante que tanto había intentado ignorar, ahora pedía a gritos ayuda, vino mi primer episodio disfórico, luego depresión, la peor, y luego unas cuantas «subidas» como yo las llamo.
Hoy en día, me encuentro en recuperación, aún no puedo «funcionar» totalmente, es decir, estudiar, trabajar y cuidar de mí misma, de manera correcta, doy pasos adelante y luego retrocedo, a pesar del tratamiento, aunque lo he dejado unas cuantas veces, y solo es mi culpa, pero bueno supongo que así es la vida. Hoy en día, no busco una «estabilidad» que no me deje sentir, sino busco oscilar libremente aunque siempre bajo mi control y poder vivir de manera feliz y plena como cualquier otra persona. En este viaje, he recibido ayuda y/o comprensión de profesionales de la salud mental, mi familia, amigas y amigos, e incluso docentes de mi universidad, y sin ello no estaría hoy aquí, así que muchas gracias.
Yo seguiré luchando solo que ahora sé que no estoy sola, nunca lo estuve.
Eres muy valiente, yo aun no logro estar listo para contar abiertamente mi historia, los episodios de soledad y vacío interno aun me invaden, por eso admiro que puedas escribirlo tan detalladamente sin titubear. Eres valiente.
Hola, mira no creo que ser tan valiente, ya que no me atreví a contar en mi historia los síntomas que acompañaron mi crisis por miedo a que creyeran que soy peligrosa, pero aun así gracias. Espero que algún día puedas contar tu historia libremente como trato de hacerlo, ya que no solo ayudas a mitigar el estigma hacia las enfermedades mentales sino también te ayudas a ti mism@, es liberador como sabes cuánto. Abrazos, espero que mejores, y que encuentres la ayuda que tanto requieres.
No recuerdo cómo empezó todo exactamente… Creo que fue luego de que termine la secundaria: un amor no correspondido, mi apariencia nada agradable y poco femenina en comparación a las otras chicas, la culpa porque siendo mujer no solo me atraían los hombres y el saber que no iba a poder estudiar en la universidad que quería. Aunque durante toda la adolescencia y tal vez un poco antes me acompañó una tristeza y sensación de vacío que pensé desaparecerían conforme fuera madurando y logrando cosas pero nunca pasó nada de eso, al contrario todo empeoró. Ese vacío seguía allí y me llevaba a buscar parejas que me maltrataban pero yo las soportaba porque no podía estar sola, hasta me empecé a drogar porque tenía miedo que me dejen por aburrida. Mis ánimos bajaban cada vez más y así también mis calificaciones en la universidad. Para mi suerte conocí a una persona que por un tiempo me estabilizó y logre dejar muchos malos hábitos, tenía deseos de estudiar, tener un futuro con hijos, formar una familia, hasta empecé a trabajar…lastima que las cosas buenas siempre duran poco y esa persona me decepciono de una forma que nunca esperé y para colmo tuvo que viajar por motivos de trabajo. Eso fue más de lo que pude soportar, siempre me decía a mí misma que no debía confiar en nadie pero me parecía seguro hacer esa excepción por ella, sin embargo la idealice como al final siempre hago y olvide que mi pareja también es humana y puede cometer errores. No quería salir de mi cama, abandoné mi trabajo, abandone la universidad, me abandoné a mi, solo me alegraba cuando alguien me invitaba a beber. Mi madre al observar mi conducta me llevó al hospital Valdizan pensando que se trataba de una depresión fuerte, pero al final salí diagnosticada con TLP. En ese momento no me importó mucho, pero no imaginaba que años después el hecho de ser etiquetada con este trastorno me costaría una relación. Fui a terapia cognitivo-conductual pero para variar mi mala suerte, la psicóloga que me toco era fanatica religiosa y homofobica, y por más que yo intente aprovechar esa situación para fortalecer mi capacidad de tolerancia, llego un momento que me hacía sentir más mal que bien y abandone la terapia, desde allí ya no quise volver, me decepcione de los psicólogos.
Recuerdo también que uno de esos días, aprendí que siempre que un día va mal se puede poner peor: me robaron el iPod que compre con mi último sueldo que cobré. Perdí el control, agarre dos blister de fluoxetina y me los tragué, ya no quería saber nada de la vida, no me interesaba saber que era la siguiente cosa mala que podría pasarme. Lamentablemente (o tal vez no) la dosis no fue suficiente, y tuve que soportar los dolorosos efectos secundarios de la sobredosis. Fue la única vez que intente eso, pensé que tenía tan mala suerte que hasta si intentaba morir me saldría mal y quedaría viva pero con alguna dolencia así que no probé más veces, solo dos veces más tomé más clonazepam de la cuenta pero no lo suficiente para matarme.
Mi novia de ese entonces volvió, pero ya no era lo mismo, tampoco yo era la misma. Encima estaba con el problema de que me había decepcionado de mi carrera, postule a otra pero tampoco era lo que esperaba… Me sentía a la deriva, lo que quería estudiar que era artes plásticas estaba fuera de mi alcance. A mi novia yo le tenía rencor por lo que me había hecho antes , y en plan de venganza conocí otra chica a distancia con la cual empecé una relación aún estando con ella. Al principio lo tome a la ligera, pero sabía que era un juego peligroso, al final me termine enamorando de la nueva chica. Al principio fue todo lindo, era como que había vuelto a la vida, volvía a tener metas, quería estudiar para poder viajar y conocerla. Lamentablemente le dije que tenía TLP y ella entró a uno de esos foros sobre TLP, donde consultó como tratar con tu pareja TLP. No imaginan las cosas que respondían los miembros de ese foro… Creo que hasta una persona «normal» caería en depresión, se referían a quienes tenemos ese trastorno como la mierda más insoportable de este planeta. Obviamente ella para protegerse de una «persona tóxica» como yo, terminó conmigo y a pesar que me dijo que seguiríamos siendo amigas desapareció completamente. Volví entonces a ser la de siempre, aunque esta vez no m deje caer tanto, jale unos cursos pero al menos no el ciclo entero y felizmente tuve algunas personas cercanas que siempre trataban de animarme. Pero es como si fuera una persona vacía, sin sueños. Cuando abro los ojos en la mañana es decepcionante, nada me emociona, todo me da igual… No tengo metas, no me emociona el futuro… No me mataría pero si un carro me atropellara me dejaría morir tranquilamente… Me siento solo un trozo de carne que habla, camina, come… Pero me siento sin vida.
Gracias por abrir un espacio como este, la verdad aún hay mucho estigma con respecto a las enfermedades mentales, no sólo en Perú sino en todo el mundo, eso Lo pude observar cuando entré a unos foros sobre supuesta «consejeria» a parejas de personas con TLP, la forma de referirse a nosotros es tan …(no encuentro palabra para decirlo) que cuando lo leí preferí tener cáncer o cualquier otra enfermedad en lugar de trastorno límite.
Hola, Kris. No sólo son los foros. A veces quien menos te imaginas te escupe una frase como «estar contigo es como estar en un maldito cementerio, uno no puede estar feliz un minuto». Y dudo que necesiten un foro para herir así. Sólo nos queda pelear, desde ese vacío que parece infinito en el que estamos, porque la gente entienda que esto en serio no depende de nosotros. Que es una enfermedad como cualquier otra, que no es contagiosa y que no vivimos encantados o encantadas por padecerlas.
Luchemos. Si no es por nosotros que ya nos damos un poco igual, por los que vienen. Para que tengan alguna oportunidad de salir del pozo, de no hundirse más por el estigma y la soledad. Pocos días en mi vida han sido tan tristes como éste. Pero creo que si mi tristeza puede ayudar a alguien a no llegar a este punto, vale la pena despertar un día más.
un abrazo grande Kris, te felicito por seguir luchando yo también tengo TLP y si ayer intenté suicidarme pero trato de seguir…
No es la primera vez que dejo un testimonio aquí. Hablé de mi mamá y lo dura que fue su enfermedad y eventualmente lo duro que fue para mí verla fallecer.
Esta vez toca contar mi historia. La cuento por si le sirve a alguien que esté sufriendo lo mismo que yo o quizás más.
Como dije, desde los 14 años me diagnosticaron distimia y depresión mayor. La psiquiatra de aquellos días (ojalá la pudiese encontrar) fue extraordinaria. Es verdad, es poco usual que una adolescente llegue a tomar cuatro pastillas diarias por prescripción médica. Pero todo se había ido de mis manos hacía algún tiempo y aprendí qué es ese hoyo profundo, negro, desolador en el que uno simplemente cae. Y cae y sigue cayendo sin tener de qué sujetarse para detenerse. La depresión es una espiral. Una vez que entras a ella, todavía es posible salir. Una vez que te hayas metido lo suficiente en ella, salir parece prácticamente imposible. Hacerle entender al mundo que es una enfermedad como cualquier otra y no que “estás tiste o sensible” es entre lo más molesto y lo más frustrante del mundo. Nadie te cree.
Atentar contra la propia vida es más difícil de lo que cualquiera (que no haya estado en esa situación) puede siquiera imaginar. Piensas de todo. Si estará bien, si de verdad es la única salida, si quieres seguir enfrentándote a eso que tanto te atormenta o prefieres la paz y el descanso. Lo intenté dos veces cuando era joven. Una a los 14 y una a los 16. Queda evidenciado dado que tengo 27 que no funcionó. La primera vez me encontraron a tiempo y la segunda vez, quizás es mejor no dar detalles de por qué no funcionó. No vine a darles ideas.
A los 22 me detectaron también epilepsia no convulsiva. Para resumirles lo que ocurre en mis ataques, me quedo sencillamente en blanco un momento y ese momento no existió nunca para mí. Yo ya sabía que tenía que lidiar con mi vieja amiga o enemiga, la depresión y ahora sabía que tenía que lidiar con la epilepsia. Y hay un problema con ello. Resulta que los fármacos que controlan la epilepsia, generan que cualquier persona mentalmente sana, tenga episodios de alguna enfermedad y agrava terriblemente los de una que ya las tiene. Entonces empieza una danza brutal entre medicinas que necesitas para ti y otras para que se compensen entre sí. Todo carísimo. Todo fuera del presupuesto de cualquiera. Todo lejos del alcance de la mano.
Mis demonios andaban bajo control. Un tiempo. De vez en cuando tienes que aprender a vivir con lo que no te gusta, es parte de esta rutina medio cruel que no se le desea a nadie. Pero como todo prisionero, quería escapar. Y lo logró. Y lo volví a encerrar mil veces. Cuando perdí un bebé, cuando me acusaron injustamente de lo que no hice, cuando pelee con mamá, cuando le dieron los ACU, cuando falleció. Todo enterrado y encerrado, para no liberar al monstruo.
Muy tarde. Tardísimo. Se había escapado sin que yo lo supiera. Y no lo acepté hasta que era muy tarde dentro de la espiral. Luchando contra todo esto, termina mi relación de cinco años. Ni siquiera porque no nos queramos más. O no sintamos lo mismo. Percances de esta vida que es la única auténticamente loca.
Y sí. Ganó. Claro que ganó la batalla porque ni siquiera me atreví a librarla. Me rendí antes de comenzar siquiera. Miré mi propio reflejo y vi tanto enterrado sin resolver. Tanto que no quería aceptar o volver a ver, a reconocer que nunca superé nada. Solo lo escondí en un baúl o bajo la cama. Y me vi sola. Y me sentí sola y más débil de lo que no me había sentido jamás. Y lo supe. Supe que no iba a poder con todo eso y menos aún quería hacerlo.
Era demasiado. Demasiado para mí y mi soledad. Demasiado para mi angustia. Demasiado para lo débil que estaba. Entonces todas las ideas que nunca se van. Porque tengan esto claro: una vez que crees que puedes renunciar a la vida, lo creerás mil veces más. Por eso es importante buscar ayuda. Nadie dice que se tiene que ir contando lo que en realidad sucede. Desahogarse de a pocos con distintas personas. Si es posible, ante algún médico.
Como resulta obvio, yo no lo vi de esa manera. Dejé cartas para varias personas. Varias. A veces despidiéndome, otras reprochando, otras sólo haciendo preguntas. A mi gran amor no podía escribirle. No sabía qué decir. Una noche en medio de la bruma mental caminé como diez cuadras y lo supe.
Esa era mi última noche. El método lo había elegido hacía mucho. Pero faltaba poner las cosas en orden. Siempre hay que dejar todo en orden. Lamenté no haberlo abrazado una última vez y no quise llamarlo porque no quería que pensase que era ningún tipo de llamado de atención. Resulta que paradójicamente un tema de mi propia herencia hizo que mi mejor amigo descubra qué pasaba. Llamó a la policía, estuvo conmigo hasta las cuatro de la mañana, asegurándose que me duerma.
Al despertar decidí que por él, por mí, porque había conocido el más abrumador de los pozos sin fin, tenía que levantarme. Volví a la medicación, pedí cita con los médicos que abandoné y si bien todos mis planes de vida y mis sueños serán por siempre eso, solo sueños, resolví ser más realista.
Dejé de soñar y me puse metas. No. No esperen un final feliz. Sigo peleando todos los días. Salir de mi casa, de mi cama, es realmente un suplicio. Rodearme de gente no es sencillo. Saber que te tienen lástima no es sencillo. Pero aquí estoy. Mirando de frente mi pasado y entendiendo que es un error “pretender estar bien”. O estás bien o no lo estás. Fingirlo es una bomba de tiempo.
Y no, no es que crea que haya otra salida. Si de salidas hablamos, terminar conmigo misma es la única salida. El asunto es aprender que no siempre puedes escapar del dolor. No siempre necesitas una puerta de salida. A veces tienes que aceptarlo, sufrir lo que tengas que sufrir y en algún punto dejará de doler de verdad. O eso dicen. Si alguien desea comunicarse conmigo o hablar de esto, está mi correo. Es por ello que no lo hago anónimo ni me avergüenzo ni un minuto.
Me encantaría hablar contigo, yo tengo TLP pero empiezo a creer que los síntomas se han agravado y soy borderline estoy ahorrando para hacerme los estudios que determinen mejor que es lo que tengo. Un abrazo fuerte y mi correo es [email protected]
Era un tabú hablar de salud mental frente a mi padre, lamentablemente, tenia una visión muy cegada de lo que era los tratamientos psicológicos por el estigma social que vinculaba para él un transtorno de capricho.
Con el divorcio de mis padres y el transcurso de mi adolescencia, mi madre y mi nana comenzaron a llevarme a tratamientos psicológicos por la ansiedad que presentaba.
Poco a poco comenzaron a pedir que la terapia sea familiar.
Sin embargo, mi padre se negaba por el estigma que traía.
A los 15 años presentaba procedimientos quirurgicos y tratamientos por tener endometriosis que me iban a acompañar por unos largos años. Es así que presentando la enfermedad, mi ansiedad comenzó a hacerse un monstruo más grande que mi propio ser y de una u otra manera, ese monstruo asustó a mi padre.
Dando como resultado el poder asistir a terapias familiares.
Tuve las terapias hasta los 22 años, aproximadamente, y con ello un tratamiento psiquiatrco del metodo gestalt.
Mi monstruo se iba opacando y yo podía ver que el tratamiento era lo único que me apoyaba.
Sin embargo, por querer una cura rápida solo tuve un año de tratamiento mientras que mi psicólogo me dio de alta.
Hace dos años tuve momentos muy delicados en mi familia que hicieron revivir al monstruo y no pude purgarlo como pensaba.
Es ahí que busque apoyo en mi centro de estudio y me derivaron con un psiquiatra, el cual ya tengo un año y medio de tratamiento y aún sigo en este camino lleno de estigmas, pero sobretodo lleno de tranquilidad para mi vida.
Gracias a mi psicoanalista, el costo del precio de lo bueno no es tan alto. Si de vez en cuando siento que me lleno de hormigeo como un escalofrío, pero son las pastillas, más no me provocan letargo o opacan mi personalidad. Tengo una vida de muchos retos y circunstancias que puedo afrontar se mejor manera.
Tengo que agradecer el haberme puesto a profesionales muy aptos en mi vida que velan por que mi tratamiento sea óptimo y sobretodo mi vida sea llena de normalidades, como diriamos.
A diferencia de la gran mayoría, la salud mental como eje decisivo estuvo desde el día uno de mi vida. En verdad no tengo mayor detalle de los antecedentes familiares, solo lo poco que me han contado. Mi papá era un militar en las épocas de emergencia y mi mamá era una ex-alumna de san marcos aterrorizada por el conflicto: puedo decir que ambos venían de hogares por decir lo menos disfuncionales, y en ese sentido a veces creo que el factor ambiental es una predisposición para seguir este circulo vicioso de los trastornos. En resumen, desde que soy niña sabía que algo andaba mal, o bueno para mi lo «normal» eran esas peleas hasta la madrugada, incluyendo gritos, castigos desproporcionales (20 correazos por comerte las uñas) y que cuando «nadie veia» o «no nos dabamos cuenta», que mi mama atacaba a mi papa con cuchillos o que finalmente se tomaba un monton de pastillas y era internada y sacada sistematicamente del hospital.
El problema conmigo fue apenas empecé a hablar y a «dar la contra». Mi mamá, que estoy segura tiene el mismo trastorno que yo, me trataba muy mal. Me criticaba por lo que hacia y dejaba de hacer. Usaba mi ropa, me llamaba gorda y cuando decía que quería a ver un psicologa me decía «loca, nadie te va a querer». El problema para mí, es que todas las personas que pudieron evitar este maltrato, cualquier adulto posible que podía verlo prefería no meterse: el profesor que me decía «que no repitiera esas cosas», mi papá que estaba casi nunca en la casa, y en general ellos dos, mis padres, que cerraron todas las puertas de conexion a mi familia. Mis tios y abuelos solo creían que eramos «personas dificiles», que mi mamá era elemento de por sí malo. Yo me vine a enterar que ellos no sabían nada cuando mi mamá se suicidó en el 2012. Y lamentablemente lo primero que sentí fue alivio, por el fin de tanto maltrato, tanta pelea. Yo misma pedí que me trataran: resultado, tengo trastorno borderline, cuando no tolero mi dolor emocional, tengo que cortarme. No es que quiera dejar de vivir, lo que quiero es de dejar sentir dolor. Es sumamente triste no tener control de mi ira, que es lo que mas problemas me ha traido, porque nadie me enseño a controlarlo. Y me aterra la idea de no ser una persona funcional, que no pueda completar etapas y especialmente, no romper este ciclo con mi hija.
Al igual que miles de personas, yo era ajeno a la salud mental, no estaba sumergido en un mundo que engloba tantos casos, personas, familias.
Hace algunos años una persona muy cercana a mí entró en depresión y le costaba luchar para poder salir de ahí, pensaba que era cuestión de tiempo para que se le pase, pero no fue así, cada vez iba entrando en cuadros más profundos, lo veía ansioso, triste, sin ganas de salir y seguir con su vida, no entendía qué le pasaba. Un día me contó que estaba yendo al psicólogo y este le había recomendado pastillas. ¿Pastillas? No entendía como una pastilla podría ser parte de un tratamiento para curarlo de la depresión, era ignorante y no me preocupé por saber más del tema, solo respeté su decisión y no lo cuestioné por su tratamiento, yo solo quería verlo bien. Como buena persona guerrera que es, logró combatir con la depresión, obviamente yo estaba ahí siempre con él para darle siempre ánimos, nunca lo dejé solo.
Un tiempo yo también he estado deprimido, fueron tiempos duros, buscaba ayuda en personas pero jamás se me ocurrió acudir a un psicólogo. Gracias a Dios pude combatirla y ahora sé que si algún día vuelvo a sufrir nuevamente de depresión acudiría a buscar ayuda profesional, porque no sé cuándo y cómo puede ser.
Para darnos una idea, la depresión es la afección mental más común entre los peruanos y se presenta en casi 2 millones, a nivel mundial, más de 350 millones de personas conviven con la depresión según la OMS. Hoy es el día mundial de la salud y el tema central justamente es la depresión.
Hace más de 3 años conocí a Lucero, co – fundadora de Dementes, de este lindo proyecto que nació en la universidad y hoy en día lucha con tra el estigma hacia la salud mental. Desde ahí también nació mi acercamiento sobre y hacia la salud mental. Todos somos parte del cambio, un cambio que nuestra sociedad necesita para poder integrarnos como peruanos, sin estigmas, sin tildar de “locos” a las personas con afecciones mentales, siendo todos tolerantes y empáticos. Empecemos por nosotros y hagamos que un día el Perú esté libre de estigma.
Me derrumbé en cuestión de días: mi enamorado terminó conmigo, y en menos de una semana solo quedó una diminuta sombra de mi YO.
El primero de enero del 2016 gritaba: «yo soy la responsable, solo yo, yo»…daba alaridos como si me estuvieran matando…
Ese fue el inicio de mi historia con la depresión. Me tomaron meses recuperar mi consciencia: Mis padres, mi psiquiatra, mi psicóloga (a quien denomino como mi best friend jaja) y un amigo, fueron los artífices de mi recuperación.
Tratar de recordar los sentimientos que me embargaban es difícil: miedo, angustia, ansiedad, tristeza absoluta, eran el pan de cada día. En algún momento de mi depresión, escribí esto:
«Yo no sé qué sucede, que es lo que ven realmente mis oídos, lo que escuchan realmente mis ojos, ¿estaré malinterpretando todo? Me cuesta hablar cuando tengo los ojos cerrados y ni qué decir cuando quiero escuchar y tengo la boca tapada, me ahogo en mis pensamientos y por eso no sé con exactitud si lo que percibo es realmente la realidad, ¿pero qué es la realidad? ¿una abrumadora verdad?, ¿una feliz mentira? Hoy me rindo, una pastilla para el insomnio y chau vida.»
Ya ha pasado un año y tres meses desde que me enfermé. Hubo recaídas sí, pero he logrado salir de ellas, haciendo ejercicios, yoga, montando bici, saliendo con amigos. Hoy, estoy en una etapa de recaída, creo: Me enfrento a lo que quiero para mi vida y lo que la sociedad exige de mí, qué terrible; no tengo con quien compartir mis sueños (alguien que me entienda, que me escuche), hay días en que necesito un abrazo o un de regalo un chocolate, una sonrisa sincera. Vivo lejos de mis padres, de mis perros, de mis verdaderos amigos, y tengo un trabajo que he comenzado a detestar. Debo mantener mi distancia de aquella persona que me leía y se tomaba el tiempo de desenredar mis nudos (me enamoré de él y está casado).Me siento como ave atrapada. Y sinceramente, no tengo ganas de salir corriendo de esta recaída, me siento exhausta. Estoy esperando a que pase la tormenta, tratando de ocupar mi mente con algún pensamiento que no me angustie…es lo único que puedo hacer por ahora.
Cuando tenía 15 años mi madre se puso mal, sufría mucho y tenía alucinaciones, su mirada era distinta y perturbadora, mi padre y yo la cuidamos y con ayuda de un tío (porque ella llegaba a ponerse un poco violenta) fue llevada a un psiquiatra quien le diagnosticó esquizofrenia. Esta fue la primera vez que vi a mi padre quebrarse en lágrimas y yo también me quebré de no saber qué iba a suceder con ella y con nosotros. Mi madre fue hospitalizada en Essalud y mi padre se quedaba con ella todas las noches y yo durante el día. Aprendí a sobrellevar sus alucinaciones y la llevaba a pasear por los jardines a recoger flores, en algunas ocasiones ella caía en episodios depresivos y mencionaba su intención de quitarse la vida. En ese momento yo solo sentía mucho amor por ella y todo era nuevo para mí, cuando mi madre mejoró volví al colegio pero nunca comenté y nadie tampoco me preguntó qué era lo que ella tenía, era eso de lo que nadie habla y si no lo hablas no existe. Cuando mi madre fue dada de alta, aún no era ella misma, mantenía su mirada perturbadora y algunas ideas obsesivas y alucinaciones, en ese momento ocurrió mi primer encuentro con el estigma, el estigma de una hija hacia su madre, yo no la quería mirar, sus ojos me perturbaban y ella lo percibía y le dolía mi frialdad, ella me buscaba en casa y yo la evitaba, evitaba su mirada y le temía a la mujer que más amor me había dado en toda mi vida. Con el tiempo ella volvió a la normalidad y abandonó la medicación.
Algunos años más tarde el episodio se repitió pero yo era más madura y sabía que era una “crisis” de mi mamá, la internaban y la cuidábamos día y noche hasta que le daban de alta y volvía a casa, todavía perturbada y con ideas obsesivas pero con la medicación ella mejoraba y luego, al sentirse bien abandonaba la medicación. Esto se repitió algunas veces más. Dentro de nuestra familia con nuestros primos y tíos de parte ella podíamos hablar de este tema y percibíamos su interés en ayudar ya que en la familia habían algunos casos de trastornos más leves, nadie había llegado al nivel de mi mamá. Fuera de ese círculo nunca comenté el caso de mi mamá a nadie ni hablé de su diagnóstico, pensaba que si la gente lo sabía nos tratarían diferente y nos tendrían miedo. Deseaba nunca ser como ella.
Cuando tuve 24 años me mudé, dejé mi tierra natal en la sierra y empecé a trabajar en Lima, con muchos sueños y una carrera prometedora, iniciaba en ese año los estudios de maestría y me sentía dueña del mundo… poco a poco empecé a ser infeliz, nada era lo suficientemente bueno, terminé una relación de varios años sin mayor explicación, simplemente yo sentí que nunca lo había amado y ahora que podía “darme cuenta” finalizaba la relación, sentía que yo miraba todos los hechos de mi vida como si hubiese subido a un nivel más alto y pudiese ver todo desde arriba y todo era claro. También apareció el mal humor y el odio e ira incontrolable. Se incrementó el apetito sexual. Empezaron los dolores de cabeza y llanto, temblaba y empecé a faltar al trabajo, solo despertaba un día y mi cama estaba mojada de lágrimas y me dolía todo el cuerpo y no tenía fuerzas para hacer hacer nada. Mi jefe aceptaba mis inasistencias “a cuenta de vacaciones” porque siempre había demostrado un buen desempeño. Cuando estaba en el trabajo empecé a sentir que no podía respirar, o empezaba a llorar de la nada y también empezaron los dolores de cabeza más continuos y fuertes que hacían que abandonara mi trabajo a cualquier hora y me encerraba en casa sola a llorar hasta quedarme dormida. A veces solo deseaba desaparecer y las ideas suicidas rondaban mi cabeza.
Fue cuando decidí buscar ayuda y un primo me recomendó a una psiquiatra, esta doctora me diagnosticó depresión e inicié la terapia pero ella tenía unos métodos un poco raros que yo nunca había escuchado, empezó con las constelaciones familiares, inclusive llegó a hacerme hipnosis pero yo no mejoraba así que empezó la medicación con antidepresivos y yo sentí por primera vez el estigma hacia mí misma, pensé “debo estar loca, tal vez tengo algo heredado de mi mamá y es lo que tanto he pedido que no me suceda nunca”. Abandoné mi empleo, renuncié argumentando mil pretextos ya que no me querían dejar ir. Abandoné la maestría ya que me “había dado cuenta” que nada de eso era importante, lo único importante era estar con mis seres queridos y empecé a viajar constantemente a casa a ver a mi mamá y a mi papá quien estaba muy enfermo y recientemente había sido diagnosticado con una enfermedad degenerativa que no tenía cura.
Hasta ese momento no me había dado cuenta que yo no tenía solo una depresión sino más bien que yo vivía en una montaña rusa, subiendo y cayendo y la caída que tuve luego fue la más grande de toda mi vida, me enojé tanto y mi depresión y vacío en ese momento era tal que intenté suicidarme, es mentira eso de que las personas que intentan o cometen suicidio son egoístas y que huyen de los problemas, simplemente no existe problema, nada importa y nada vale la pena simplemente es tanto el vacío y tanta la confusión que la vida no importa, no vale nada y por eso mismo decides desaparecer por voluntad propia ya que nada tiene sentido. Intenté suicidarme dos veces más. Cuando uno cae tan abajo, solo tienes una opción que es subir, ya no hay más abajo a donde caer. Recibí todo el amor y atención de mis padres y hermanos y tratamiento ya que tuve la bendición de que mi madre y yo fuéramos atendidas por un psiquiatra muy capaz quien diagnosticó a mi madre con trastorno bipolar, ella mencionó haber tenido crisis desde sus 20 años pero nunca había recibido tratamiento ni diagnóstico apropiado.
En tratamiento con este médico probé muchas medicinas que me tenían zombie, en fin, pregunté al psiquiatra cuál era mi diagnóstico y me dijo que era muy probable que yo también tuviese trastorno bipolar, ese día sentí un duro golpe, tuve miedo y una sensación de tristeza de pensar que nunca más volvería a ser yo misma, que necesitaría tratamiento el resto de mi vida, que nunca sería “normal” que nunca volvería a trabajar ni a estudiar ni me casaría ni tampoco tendría hijos “para no heredarles la enfermedad”, me sentí devastada, todos mis sueños se habían roto, continúe probando muchas pastillas y lidiando con la ansiedad y la profunda depresión, tuvo que pasar un año hasta que pudimos encontrar la medicina y dosis apropiada para mí, luego de tomar esa medicina mi vida cambió, también inicié terapia y en tres meses ya tenía empleo, mi meta era mejorar y mantenerme estable. Cuatro meses después estaba en Lima nuevamente trabajando, había dejado a mi familia pero volvía cada fin de semana a verlos. Yo no tenía vergüenza ni miedo de hablar sobre el trastorno bipolar que padecía, yo me sentía una sobreviviente fuerte y capaz que había logrado levantarse de lo más bajo a donde una persona puede llegar, esto me duró hasta la entrevista con el médico ocupacional quien me preguntó el porqué de mi tratamiento declarado en el examen médico de ingreso, mencioné el trastorno bipolar y vi su rostro cambiar, me dijo que padecer trastorno bipolar era un “NO APTO” pero que él me veía bien y que me guardaría el secreto pero que nadie más podía saberlo. Ya antes me había encontrado con el estigma de distintas personas y hasta de mi propio hermano, (y de la doctora cachetada también), personas que te juzgan y dicen que es un berrinche, que es engreimiento, que buscas llamar la atención, falta de madurez, que no fuiste bien criada por tus padres, una vez respondí a un ex compañero que si todo eso fuera cierto yo nunca hubiese sido capaz de terminar la universidad, ni encontrar empleo ni manejarme bien en la vida con la responsabilidad que siempre me había caracterizado, que me enfermé y tuve que enfrentar emociones multiplicadas por un millón y que cualquier persona hubiese reaccionado igual o peor que yo. Encontré estigma en mi propia familia, primos míos que a mis espaldas decían que yo fingía todo.
Empezó mi época en la que ya no hablaba del trastorno bipolar y este se convirtió en un secreto. Una mañana recibí una llamada, mi tía me contaba que un primo lejano mío se había suicidado. Días más tarde me enteré que mi primo padecía trastorno bipolar, su familia se sorprendió de saber que yo también, sí yo supuestamente “estaba bien”. Sentí que era estúpido intentar tapar el sol con un dedo, entre la familia donde tenemos la incidencia de esta enfermedad debemos tendernos la mano, comunicar los síntomas y estar alertas para actuar antes de las tragedias.
Durante un tiempo vi al trastorno bipolar como un enemigo, algo muy malo que me había sucedido, que me hizo “perder” 2 años de mi vida, perder mi empleo, perder mis estudios, pareja, etc. Hasta el día en que hice las pases con él y entendí que fue una bendición porque gracias a él volví a casa y viví con mi padre sus últimos días, me hizo entender que el amor cura y me obligó a sentir el amor verdadero intenso e inmenso en mi corazón, en mi cerebro y en todo mi ser, aprendí a amarme mucho más que antes y aprendí a conocerme y conocer al trastorno y anticiparme a mis cambios, a tener empatía, ternura y a ser buena conmigo misma y con los demás, a no tener miedo de expresar mis emociones y debo reconocer que ahora “puedo ser feliz multiplicado por un millón” y eso es fantástico y es un regalo de Dios. Vivo agradecida todos los días inclusive los días en que estoy de caída porque todo tiene una razón de ser… y por cierto todo lo que alguna vez “perdí” lo he recuperado y ahora es todo mucho mejor que antes. Agradezco a la vida y si hubiese sabido que mi vida iba a ser tan maravillosa nunca hubiese intentado acabar con ella.
P.S. pienso tener muchos hijos y no tengo miedo de que hereden el mismo trastorno que yo, eso solo haría que los ame más.
Hola De-mentes, soy Ana. Años atrás fui diagnosticada con trastorno bipolar. Ha sido una dura prueba tanto para mi como para mi familia. Actualmente asisto regularmente a mis controles con el psiquiatra y llevo un tratamiento psicológico indicado para mi caso. Aceptar el diagnóstico no es fácil pero es el primer paso para una vida plena, sin estigma, sin culpas. Aprendí que soy más que un código en una lista, que soy más que un trastorno, soy un ser humano. El tratamiento farmacológico sumado a la psicoeducación son pilares esenciales. Tengo mis limitaciones como todos pero también fortalezas y en ellas me apoyo para construir un proyecto de vida. Tengo un trabajo a tiempo parcial. Escribir es mi pasatiempo terapéutico, gestiono un blog en WordPress (Ruta de Ana). Es esperanzador que surjan iniciativas como ésta organización. Saludos
Ana te leo y descubro en ti una luchadora. Gracias por compartir, te buscaré en wordpress. Saludos
Holas ! En mi familia tenemos la suerte de tener una persona con «Síndrome de Down» (Mi Tia Katita)
No voy a mentir que cuando yo era niña evitaba llevar a mi amigos a casa ya que la podían ver y preguntar muchas cosas , para todo esto yo viví un tiempo con mi tía katita, mi abuelita y mis hermanas.
Recuerdo que aveces mi tía tenía crisis se ponía a llorar y gritar de la nada , se levantaba en las madrugada ya que no podía dormir al poco tiempo le detectaron ezquisofrenia leve, que lo controlaban con pastillas las cuales costaban cada una 45 soles , esas pastillas las toma hasta el día de hoy una vez al día.
Bueno conforme pasaron los años todos aprendimos a adaptarnos al mundo de cada uno, si bien es cierto es mi tía pero es como una niña, hay que cuidarla siempre.
Mi familia me enseñó a no sentir vergüenza ni a negarla jamás, es más me enorgullece y sabe bailar perfectamente la marinera y le encanta, le gusta bordar y hace unas hermosas manualidades aparte de eso tiene una memoria estupenda ! Se sabe la fecha de cumpleaños de todos en la familia ! Mi tía katita es una bendición para todos 🙂
La salud mental ha sido un asunto importante y recurrente en mi vida y en la de mi familia. Al igual que alguna de las personas que ha compartido su historia, a los trece años me diagnosticaron con depresión mayor y distimia. Tenía interconsulta entre psiquiatría y psicología. Se me hace difícil de olvidar que el día que me dieron el diagnóstico, mi papá me miraba con un poco de temor, como si de algún bicho raro se tratase.
Fueron largos años donde todo costaba y la mejoría era muy paulatina. Ahora sé que además era muy costoso. Una de las cosas más dolorosas que me dijo la psiquiatra que me atendía fue que mi mamá tenía problemas también y que su cercanía no me hacía bien. En el fondo lo sabía, pero no es fácil de aceptar.
Los años pasaron y cuando cumplí 21 tuve que encargarme de un episodio muy violento de mi mamá. Mi depresión seguía ahí, por supuesto, pero ella era la que necesitaba toda la atención. La llevé al Hospital Larco Herrera que quedaba cerca y era todo cuanto podía pagar. La diagnosticaron con esquizofrenia paranoide. Incluso siendo un hospital estatal y dándonos el médico las recetas en genérico, el esfuerzo por pagar las terapias y sus medicinas era inmenso. Es realmente increíble que en este país cueste tanto poder tratar a una persona con estas enfermedades.
Años después, en el 2012, me detectan epilepsia espasmódica, que si bien no es propiamente una enfermedad mental, el neurólogo me explicó que hay alguna vinculación en la que, generalmente quien padece epilepsia tiene alguna enfermedad mental más o menos grave según el caso. La respuesta de mi propia familia: no le andes contando a nadie de estas cosas. ¿Por qué? ¿Es mi culpa haber nacido con estos males? ¿Me hace menos que alguien?
Poco a poco el cuadro de mamá mejoró y ella misma no quiso volver al médico o a la terapia. Su mejoría era notable y dejamos que no volviese. Pasaron nuevamente los años hasta que en enero del año pasado ella sufrió dos isquemias en la misma madrugada. La trasladaron al Hospital Loayza, donde una semana después, le dieron de alta con diagnóstico de ACU isquémico y esquizofrenia paranoide. Esta vez volvió para quedarse. No recordaba los nombres de sus hijos. Ni de su nieta. Sólo algunas cosas de su presente o de su pasado. Olvidó que fumaba. Se volvió como una niña pequeña. Fue una época realmente dura y dolorosa. No hablaba fluido e imaginaba mucho. A veces lloraba de la nada por lo que imaginaba, además. Se había remontado a su infancia.
El dinero sucio y necesario nuevamente estaba en medio. El dinero que podía ofrecerle no me alcanzaba para los cuidados que realmente necesitaba. Podía costear la dieta que le recetaron, la medicación que necesitaba, los eventuales pañales que necesitó, la lavandería de su ropa, pero siempre creí que necesitaba una ayuda especializada permanente y nunca pude ofrecerle eso o un internamiento en algún lugar de calidad para que se sienta mejor y ponga de su parte. Ella en sus ratos de lucidez se daba cuenta de su estado y se deprimía y yo iba cayendo más y más también. Me sentía tan inservible y tan impotente y a la vez tan responsable de no caerme.
Nadie quiso visitarla así. Nadie vino a verla. Ni sus hermanos, ni sus primas, ni sus sobrinos. Todos sabían que estaba enferma. Nadie quiere tener que ver con una persona enferma. Menos si la enfermedad está en la cabeza. Menos si es tan cara. No entiendo porqué ningún seguro (salvo el SIS) cubre salud mental cuando es TAN CARO acceder a ella una vez incluso superado el estigma social y el propio.
Poco a poco se hundió en la depresión. Dejó de querer salir a pasear. Al poco tiempo dejo de salir de su habitación, muy poco después se postró en cama. Vivió casi siete meses después de los ACU y falleció durmiendo. Como es de imaginarse, el luto fue más duro y más intenso de lo que podría haber sospechado. Llegué a ese abismo e incomprensión del que todas las personas con depresión que han dejado su testimonio aquí valientemente comentan y, a un paso de que sea muy tarde decidí buscar ayuda. Ahora estoy nuevamente medicada y en interconsulta. Mejoro poco a poco.
Y sí, lo más difícil del día a día es escuchar «pon de tu parte», «todo está en tu mente» o «es cuestión de actitud» entre las peores está «no seas una persona tan negativa». Quizás si unimos esfuerzos se comprenda que las enfermedades mentales son tan enfermedades como la gripe o el dolor de muelas. Que no «depende de uno» que aparezcan o no y, por supuesto, nadie tiene «la culpa» de padecerlos.
Y cuando te dicen x aquí q no estas solo, solo porque te estan leyendo? Eso me molesta mucho la verdad. En el día a día sigues igual de solo
Me diagnosticaron depresión mayor cuando tenía 13 años , para ese entonces no sabía nada sobre la enfermedad, con mi corta edad, asumí que era como cualquier otra, que iba a tomar los medicamentos y todo pasaría; una especie de resfriado y en una semana iba a estar bien. No recuerdo mucho de esas épocas porque no quería hacer nada, perdí toda clase de emoción o satisfacción en las cosas que hacía, vivía en “modo piloto”.
Algunas personas suelen pensar o asociar que la depresión es estar triste. Es mucho más que eso, es limitarme en varios aspectos. No confundas trastornos mentales con estados de ánimo. Todos tienen derechos a sentir, ya sea estar feliz, triste, reír y llorar. No porque estés triste quiere decir que estés “deprimido”, no porque hables contigo mismo, quiere decir que escuches voces y tengas “esquizofrenia”, no porque hoy dijiste “sí” y al rato “no”, quiere decir que sea “bipolar”. No usemos esos términos para describir nuestros estados de ánimo, porque son enfermedades que pueden llegar a costar la vida de una persona.
Esta es una enfermedad que no se la deseo a nadie, la depresión me ha quitado varias cosas, desde el poder disfrutar del día a día, a pasar días enteros llorando, encerrarme en mi casa, no querer hacer nada, ni bañarme ni comer.
Por la depresión alejé a los demás de mi círculo puesto que no quería que carguen con el peso emocional que esto conlleva, además en los momentos en los que recaigo me es difícil, casi imposible fingir estar feliz, si quiera sonreír.
La depresión me llevó a bajar 7 kilos de lo que acostumbro a pesar, no porque tenga algún trastorno alimentario, sino porque no tenía ganas de comer, la comida no tenía sabor. La depresión me llevó a intentar quitarme la vida 3 veces y de maneras diferentes.
Debido a que también tengo ansiedad y ataques de pánico, me es difícil hacer algunas cosas, más aún cuando tenía 14 o 15 años; no podía estar en lugares donde haya mucha gente, sentarme en el centro o donde haya mucho ruido puesto que me aturdía. Varias veces he salido de donde he estado porque no me sentía bien, dejando de lado a los demás por intentar estar estable porque cuando esto pasa, puede que suene extremista pero me siento a morir, no puedo ni respirar, siento que el corazón me late a mil y empiezo a llorar, agregándole el hecho que tengo que estar en el piso porque estoy tan mareada que no puedo caminar.
Como dije antes, no usemos los trastornos psicológicos como adjetivos de nuestros estados de ánimo, estos mucho más allá de eso, estas líneas anteriores lo describen.
Un claro ejemplo fue una reunión familiar en la que tuve un ataque de pánico, corrí al baño y me encerré por media hora, los demás pensaron que fui irrespetuosa por no estar con ellos, pero la verdad es que estaba en el baño llorando y tratando que no escuchen mi respiración agitada, mordiendo una toalla. Es difícil tratar de disimular, cansa y agobia.
Mi familia no sabe que tengo depresión, ansiedad o ataques de pánico lo cual es muy frustrante porque varias veces he actuado de formas en las que ellos no han entendido.
Cuando tenía 13 años, mi mamá no le dijo nada a la familia, todo se resumió a que pasábamos por problemas familiares, más no que iba al psiquiatra y que su hija estaba siendo tratada con antidepresivos fuertes. Recuerdo que como estaba en “piloto automático” como le digo, casi ni se podía mantener una conversación con alguien porque me ponía a llorar.
Han pasado los años, llenos de altibajos porque no voy a decir que estos casi 10 años han sido llenos de cuadros depresivos, ha habido épocas en las que he estado con antidepresivos como otras en las que no, hasta llegué a la homeopatía, terapia, todo tratamiento habido y por haber que puede encontrarse.
Fue así como me olvidé de la depresión y todo esto, hasta que hace algunos años, tras una serie de eventos que se unieron en determinado punto hicieron que desencadene una recaída. La llamo así porque sentía que caía en el vacío, pero esta vez estaba en una etapa diferente de mi vida. Ya no estaba en el colegio, ya estaba en la universidad y en pleno ciclo, no fue nada fácil.
Nunca quise ocultarlo, pero palabras no podían expresar lo que sentía y cómo lo sentía como para tratar de contarle a los demás. Había pasado tanto tiempo sin un cuadro tan profundo que lo había tomado como episodios en mi vida que no le había contado a nadie. Pero ahora todo era diferente, se me hacía extraño contarle a las personas que recién conocía que tenia depresión y difícil contarle a los que me conocían de hace años lo ocurrido. Como no sabía cómo expresarlo, no lo dije, por lo ya mencionado y porque no quería que nadie me trate de manera diferente, como si les diera lástima, como si fuera frágil. Los logros que tengo hasta ahora han sido por mis méritos, no he tenido que pedir algún tipo de ayuda especial o trato diferente para lograrlos, y eso hace que mis logros me sean más satisfactorios. Pensé que si decía que tenía depresión, los demás me vería de forma diferente, como menos. Nunca me ha gustado que piensen que soy la víctima de la historia y en parte pensé que eso pensarían.
Conforme han pasado los años me di cuenta que no es así. No debo sentirme avergonzada por cómo me siento, ni por las cosas que he pasado porque por sobre todo me considero una sobreviviente, pese a que varias veces quise y decidí que todo termine, estoy aquí. Soy la heroína de mi propia vida y me salvare las veces que tenga que salvarme.
Estos casi 10 años viviendo con la depresión han sido un camino largo, no ha sido fácil para nada y tampoco pensé que lo fuese. Sé que esto me acompañará por el resto de mi vida, como dijo el psiquiatra que me diagnosticó a la edad de 13 y no le creí.
Trato de estar en paz y equilibrio y siempre que alguien me dice que está triste, estoy ahí para aconsejarlos, porque sé cómo se siente y no me gusta que las personas estén tristes y solos, porque sé cómo se siente.
Me dijeron que comparta mi testimonio, espero que en este espacio se pueda desestigmatizar a la salud mental y así las personas puedan compartir por lo que pasan y no se queden callados por miedo al qué dirán.
Tuve la oportunidad de que esto sea anónimo pero ya no quiero que sea así, no debo sentirme avergonzada por las cosas que pasé y si esto ayuda a alguien que esta pasando por lo mismo entonces siento que apoyé con mi granito de arena. ¡Busca ayuda!, créeme que NO estás solo o sola, sé lo difícil que es pero hay personas que pasamos por lo mismo, aquí un testimonio.
Maribel, eres un ejemplo de lucha! Gracias por compartir tu historia! 🙂
Hola dementes, después de algún tiempo, por fin estoy lista para difundir mi historia. Para muchos chicos y chicas que les haya pasado, o que estén viviendo un cuadro de depresión ahorita… NO ES EL FIN DEL MUNDO, de verdad. Todo va a estar bien.
Cuando te da depresión, realmente no sabes qué hacer, o al menos, eso fue lo que me pasó a mi. Me explico…siempre tuve una vida «normal» (de acuerdo a lo que dictan todas las etiquetas sociales de la vida limeña): una carrera universitaria, amigos y amigas por todos lados, un enamorado que me quería mucho, dinero (?) y una familia que me apoyaba (dentro de los estándares «normales», claro).
No sé qué pasó, no sé que cambió en mi, pero de un momento a otro empecé a sentirme insatisfecha con mi vida, con todo lo que había logrado. No sé como explicarlo, pero nada me hacía feliz. De pronto, empecé a reemplazar los planes de fin de semana con amigos por noches de sueño. Estaba muy cansada y no tenía ganas de ver a a gente, de dar explicaciones (?) de decir que no estaba bien. Tenía miedo a que me juzguen, a que me señalen y a que me digan «oe no exageres, estás siendo muy sensible».
No sabía qué me pasaba. Solo me sentía vacía, quería llorar todo el tiempo y no quería salir de mi casa. Nadie me había dicho que la depresión era eso. Todo el mundo usa el «estoy depre» tan seguido y para cosas tan superfluas que creo que sentía esa palabra muy ajena a mi y a mi situación en ese momento.
Los siguientes meses, empecé a alejar todo de mi «espacio personal», empezó con mis amigos, luego mi enamorado y acabó con mi familia.
Los saqué a todos de mi vida. No quería que nadie me moleste. No estaba bien y no quería ser una carga(?) para nadie. Increíble, no? Me alejé de todos para hundirme más en mi desdicha. Sé que no suena racional, pero en ese momento parecía que era lo mejor que podía hacer por mi y el resto (?) (de nuevo no entiendo por qué me interesaba tanto el resto).
Decidí ir a terapia porque mi situación empezó a alterar mi rendimiento en el trabajo (sin mencionar todo lo previo con mi vida personal, pero digamos que el trabajo era lo único que me sacaba a flote en esos días). Fue ahí donde me diagnosticaron un cuadro de depresión y empecé una terapia cognitiva-conductual para «atacar» el problema directamente y poder superarlo. Inicié yendo dos veces a la semana a terapia y empecé a ver como mejoraba y luego, volvía a caer. El progreso es así, no estás bien de la noche a la mañana. A veces te levantas, luego te caes más hondo, y luego te vuelves a parar… Me recetaron unas pastillas para contribuir con mi estado anímico. La primera vez que las tomé no podía creer mi propio estigma hacia mi salud mental. Aquí va lo que pasó por mi cabeza textualmente «increíble que tenga que tomar pastillas para sentirme bien. No puede ser. En quién me he convertido? Solía ser una mujer fuerte y autosuficiente. Ahora qué? pastillas como bastón?» #AYSIAYSISOYAUTOSUFICIENTE –> la mentira más grande del universo. TODOS, TODOS necesitamos ayuda en algún momento. Por eso, el ser humano no es un tiburón que anda solo, somos como los elefantes, vamos en manada 🙂 así que si tu estás atravesando por esto ahora y te estas distanciando de tus seres queridos, BASTA. Te estás haciendo más daño. Pide ayuda. Alguien que de verdad te quiere NUNCA te va a juzgar. Te lo prometo #PinkyPromess
Bueno, volviendo a lo de mi terrible pensamiento. Así es, yo era así. Qué horrible mi estigma hacía mi misma. #FlashNews NO TIENE NADA DE MALO TOMAR PASTILLAS, NO ENTIENDO QUÉ BICHO RARO DE ESTATUS SOCIAL NOS HA METIDO ESO EN LA CABEZA. Así como algunas personas toman pastillas para la migraña, porque les duele la cabeza, yo tomaba pastillas para sentirme mejor (o sea que sí está bien tratar el dolor físico pero no el emocional?).
La terapia fue curando poco a poco esto y las pastillas en serio fueron mi bastón… no me avergüenza admitirlo. A veces necesitas eso un tiempo para seguir caminando.
Después de varios meses de terapia, salí poco a poco de nuevo a la cancha. Me puse los chimpunes, me los amarré bien y salí con un pique #MásBravoQueUsainBoltEnLasOlimpiadas. Estaba lista 🙂 estaba contenta. Sí. POR FIN, estaba feliz conmigo misma.
Todas mis heridas habían estado vivas por muchos años sin que yo me diera cuenta. Por mucho tiempo dejé que mi felicidad dependiera del resto. Nunca podía estar sola. Siempre salía con amigos y amigas, nunca estaba en casa y ni que decir de pasar tiempo con mi familia. Sobresalir en el trabajo o ámbito académico eran un manjar de dioses para mi (por lo que quería demostrarle al resto, no porque en verdad me hiciera feliz. Me encanta aprender y mi hambre de conocimiento siempre debió girar en torno a eso, no sé por qué me perdí en el #QuéDirán). Poco a poco todo eso cambió, y me di cuenta de que NO TENÍA QUE DEMOSTRARLE NADA A NADA. Mi felicidad era mía y, por ende, dependía de mis propios estándares de felicidad, no de los que me sembraron en algún momento las películas (#DisneyTeOdiamos), libros y estereotipos de felicidad del #GranSueñoAmericano (?) (subtítulos: la plata no te hace feliz).
Hubo varias personas que me apoyaron en el camino. Descubrí el deporte como una gran herramienta para generar sensaciones bienestar en mí misma y, ahora me encuentro descubriendo un poco más de mi todos los días. SOY HERMOSA y cada día me encanto más :), a mí #QuéChuchaElResto
Espero que esto inspire a varios y varias a compartir sus historias y a seguir adelante.
Igual, debo admitir que fue bien terapéutico escribir mi búsqueda de la felicidad #AtrasandoAWillSmith.
Por cierto, esto va en anónimo porque por mi chamba no puedo «develar» mi nombre #MalditoEstigma. Prometo seguir escribiendo y, en algún momento, publicar mi identidad #PinkyPromessParteDos
Gracias dementes por el espacio. #SoySuFan
En la universidad conocí a muchas personas, algunas de ellas tenían mis mismos gustos, a veces mi misma forma pensar o de ser. Al final de ese grupo y de la vida universitaria en general quedaron menos de 10 personas con las que pude tener una relación de amistad única y de las cuales aprendí mucho. Esta vez quiero hablar de un caso en particular, de una amiga que me permitió reconocer mi propio estigma sobre la salud mental. Esta amiga nos había comentado que tenía una afección de salud mental, que todavía no sabían lo que era pero que su humor siempre estaba cambiante. En ese tiempo no le presté mucha atención, supuse que era parte de esa moda “emo” que había en aquellos años. Poco a poco empecé anotar sus faltas a clases, la desmotivación en general por salir y hacer las cosas que usualmente haces en la universidad. No entendía porque no quería ir a tomar con nuestros amigos, o no nos contestaba los mensajes o llamadas. Pensé que estaba molesta con nosotras y cuando respondía comentándonos que se sentía deprimida no entendía bien el peso de esa palabra. A veces se me cruzaba por la mente que quería llamar la atención o que estaba mal por un chico. Un día nos sentamos con otra amiga nuestra a conversar sobre el tema, ese día comprendí lo ignorante que era en varios temas, lo poco empática y comprensible que había sido. Ese día mi amiga comentó, a medio de confesión, que ella iba a terapias con el psicólogo por su bipolaridad (mal diagnosticada), que había ido desde hace unos años a tratamiento y que tomaba ciertas pastillas. Esas pastillas le causaban sueño y falta de concentración, a veces los medicamentos no funcionaban y prefería quedarse en su casa que ir a la universidad donde los profesores le gritaban por quedarse dormida en clase. Le costaba mantener un promedio alto pues no siempre se encontraba bien para poder cumplir con los exámenes y trabajos. Cuando les comentaba a los profesores por lo que pasaba estos no la entendían y pensaban que eran simples excusas para salvarse de una nota desaprobatoria. Comprendí entonces que no era solo yo la que tenía un estigma o falta de conocimiento sobre la salud mental, que esto en realidad pasaba. Mi amiga pudo terminar la universidad con su propio esfuerzo y con mi total admiración, dejando atrás a esos profesores que preferirían hacerse de la vista gorda con ella subestimándola, dejando atrás a los compañeros que no entendían y preferían burlarse. Tan fuerte como el estigma es la indiferencia hacia los demás y hasta nosotros mismos, hacia nuestra salud mental como individuos y seres humanos. Mi amiga sigue encontrado su camino en esta sociedad, a veces tan cruel y ajena a los demás, buscando siempre su salud emocional y mental y yo trato de hacer lo mismo convirtiendo el estigma en estima hacia mí y hacía los demás.
Todo este asunto de Independencia me tiene preocupada, la verdad a mi me ha costado y me cuesta asumir que soy TLP y que no soy perfecta y que una paso a la vez y toda la vaina, han sido años de vivir a media caña, y hace poco menos de un mes recién he sentido que por fin me he liberado de una depresión en la que no se cuanto tiempo habré estado congelada… y encima ahora pasa esto para que la gente ignorante siga diciendo locos, enfermos…. NO SOMOS LOCOS, NO SOMOS ENFERMOS, que fácil es juzgar cuando no viven el problema…. este hombre que disparo debe haber pasado muchas cosas para disociarse de esta manera y nadie lo noto…. no lo justifico, pero lo que me apena de la situación es que el tipo estaba solo, acompañado pero solo….. y es muy triste vivir rodeada de personas y estar sola, como nos pasa a muchos. Lo típico del machismo, tiene trabajo (aunque sea una porquería, no tiene que quejarse porque es hombre) dinero para tomar y para salir con mujeres y ya…. estamos mal …
En mi caso, yo fui al Psicopedagógico de la PUCP a los 19 deje de ir y luego regrese unos tres años…. luego cuando acabe la universidad tuve una pareja y me fue muy mal (soy lesbiana y fue mi primera pareja) me deprimí horrible no podía comer ni dormir, así que fui a na psicóloga por recomendación de un amigo que trabajaba en una Posta Medica en Chorrillos (FUI BUSCANDO A UNA PSICOLOGA ESPECIFICA…. cuyo costo era S/. 5.00 soles), luego de un año deje de ir…..ya me sentia mejor…..cuando busque retomar ella ya no estaba alli sino en el HOSPITAL HERMILIO VALDIZAN…. y fui para alla….. tuvieron que tomarme varios examenes para atenderme y ME DIAGNOSTICARON TLP…..la verdad no entendi q era eso….. 2003…. pasaron 4 años para q recien m di cuenta q era necesario q tome medicinas….y aun asi…deje la terapia varias veces pq no era consciente del transtorno solo q estab triste o de mal humor o con rabia….. hasta q tenia problemas en el trabajo o el stres m agobiaba en extremo….. hasta q la depre no m dejaba.
Tuve otra pareja, a la distancia (para variar lo mas dificil) me dijeron q no era conveniente) deje de ir a terapia…. 3 años m cambie de hospital fui a Larco Herrera… pero no m gusto el trato de los medicos ( sin examenes me dieron la medicacion….Y SI LES DECIA Q ERA ESQUIZOFRENICA ME CREIAN???) no regrese y trate de volver a Valdizan…. como no podia por trabajo no lo pense mas, esa relacion a distancia fue pesima y termino porsupuesto con unos cuernos gigantescos que tengo que llegan hasta Jupiter …..EN TODO ESE TIEMPO DEL 2007 hasta el 2017 segui tomando la receta que me dieron originalmente obviamente sin prescripción medica pq una siempre encuntra la forma de hacer tonterias….. pero ME DESPIDIERON DEL TRABAJO, DECIDI TERMINAR ALGUNOS ESTUDIOS, ME FUE MAL …..desempleada …fracasada …sin dinero…..gorda por las medicinas…. OUT…. SUELO TOTAL….decidi regresar a la psicologa luego q m cai por la escalera y no podia levantarme del piso de la verguenza….. y de alli otra vez a empezar en VALDIZAN…. desde abril del 2017 hasta hoy….m cambiaron de psiquiatra en octubre…. y m cambio de medicacion… y hoy puedo decir que con una nueva terapia la «TDC» y una psiquiatra empatica… hoy m va bien… estoy al dia a dia claro esta….. ESPEREMOS SEGUIR ASI
Wauuu son años los q una puede pasar así y diría q el 100% del tiempo es por culpa de los doctores q hacen diagnósticos a la ligera y te cagan con mil medicamentos y no entienden un carajo lo q es tener un problema mental, lo resiliente q se puede volver una hasta encontrar algo o alguien q te entienda. Yo he terminado odiando a los psiquiatras, a mi solo me volvieron adicta a las benzos y ya mas 10 años de eso q nadie me los va a devolver…y ni pagando un mo ton encuentras uno bueno
Ayudame a encontrar ayuda ! Tal vez tu no puedas, no sepas como pero si compartes este post llegue a las personas indicadas y así encuentre a alguien que si pueda ayudarme.
Necesito ayuda ; alguien que escuche y no juzgue que le interese lo que digo que me crea, que me ayude a ver y a buscar soluciones ; y no se ahogue conmigo ,que me comprenda y me de respuestas .
Necesito a alguien que se tome el tiempo de escucharme no necesito un genio sino alguien que sea humano y comprenda cosas que yo hasta ahora no logro comprender.
No necesito tu lástima ni tus charlas de motivación ,no si a través de ella percibo la soberbia y egoísmo; ni necesito que me compares con los demás ; con los que si pueden ;mucho menos que me digas que tus problemas son peores que los míos ; no me compares !Por favor! no es necesario que me recuerdes cuanto valgo o lo que soy te aseguro lo tengo muy claro si así no fuera ya no estaría aquí, me hubiese rendido hace mucho.
Tampoco pienses que mi aflicción es por alguien que no me quiere o un berrinche más, ni me des clases de autoestima y liderazgo . Hoy mas que nunca se a quien quiero ,quien me quiere y quien no, siempre me he dado mi lugar y las pocas veces que no he sido correspondida lo he aceptado con dignidad, se ganar se perder , se querer y me dejo querer.
No me subestimes ni me etiquetes si no te has tomado el tiempo de escucharme y no sabes lo que pasa . No quieras volver a llenarme de medicinas suponiendo que será esa la solución, no quieras apagar mi dolor con ellas si no conoces la razón.
Ya he tocado tantas puertas y solo he recibido falsas respuestas siendo la peor de todas la indiferencia.
No me vuelvas a decir que ponga de mi parte porque me he vuelto experta haciéndolo , lo he hecho tanto que ya odio esa frase, no invoco tu lastima ni tu compasión no soy ninguna víctima llamado la atención. Solo es el grito desesperado de alguien que quiere vivir y tener una calidad de vida,tengo tantas ganas de seguir ,de ser yo : la que trabaja ,la que estudia,a que ama,la chica sin miedo,la que come y come rico ,la que recorre el mundo y es atrevida, la que disfruta de la vida. La que ayuda y cumple sus sueños sin miramientos. La que no siente dolor ni malestar la que una vez fui pero no se donde perdi.
Debes pensar que soy débil y estas en tu derecho , puedes pensar que esta mal que lo escriba que lo publiqué , que exagero . Yo solo te puedo decir que extenso es en tiempo que vengo luchando y dejando de luchar contra la tempestad , que estoy cansada de rendirme y tener que renunciar que en este momento lo que me motiva ha hablar es por que sino lo hago voy a explotar y porque guardo la leve esperanza que alguien me pueda ayudar, porque estoy cansada de ser una carga , porque me duele ver sufrir a mis padres porque estoy cansada vivir siendo una «mártir » .
Se que este post no contribuye a lo fantástico que se puede ver tu muro de facebook : No es un meme, una noticia de moda ,la historia de alguien asombroso, ni es una indirecta de esas que contribuye al chisme . Pero Por favor ayudame a encontrar la ayuda que necesito.
Mi cuerpo está cansado y adolorido pero mi fe no se cansa, y no quiero que llegue el final sin haberlo intentado una vez más.
Gracias por haberte tomado unos minutos ayudando aun desconocido.
Qué lindo leerte. Muchas fuerza en tu lucha. No estás solo, aunque a veces lo parezca!
A veces poner de tu parte cansa, y cansa aún más que los demás te digan «pon de tu parte», «tú puedes». Es una roca gigantesca encima tuyo.
Pero algo que he entendido es que depende de uno salir del hoyo y levantarse: hay que aferrarse a todo: al psiquiatra, al psicólogo, al amigo, a los padres a los animales, a los ejercicios, no sé, reinventarse las veces que sean necesarias.
Si necesitas ayuda, si necesitas a alguien que te lea o te escuche, te presto mis ojos y mis oídos, no prometo darte respuestas; pero puedo ayudarte a conseguirlas.
Muchas gracias por compartir tu historia. Me inspiró mucho.
Ten buen ánimo y mucha fe de que te todo va a salir bien, dios no te va a abandonar, dios te dio no una enfermedad sino una bendición para hacer algo muy bueno contigo… y por tratarse de un tema serio porque estamos hablando de tu salud tienes que buscar ayuda profesional, a mí me ayudó muchísimo un médico del noguchi y sé que Dios lo puso en mi camino. Espero que este consejo te sirva, los malos momentos pasan y resultarás vencedora… se nota que eres una guerrera
Hola! No se si sirva de mucho pero si necesitas solo un humano que te escuche, aquí estoy.
Mi familia y yo aprendimos que convivir con el estigma es aún más difícil que convivir con la afección mental en sí. Mi hermano mayor fue diagnosticado hace casi 20 años con esquizofrenia paranoide, cuando él estaba entrando a la pubertad. Desde ese momento hemos atravesado por infinidad de cosas.
Al momento del diagnóstico yo era aún muy pequeña, tenía 8-9 años, y no entendía por qué mi hermano empezaba a comportarse distinto. Es importante contarles que el diagnóstico ocurrió tras varias idas y venidas al psicólogo, desde la psicóloga del colegio, que no tenía ni la más mínima idea de lo que pasaba (a pesar de que ambos estudiábamos en un colegio de los más «privilegiados» de Lima), hasta varios otros profesionales que mis papás fueron a visitar antes de aceptar del todo lo que en el fondo ya sabían. El primer psiquiatra de mi hermano fue el doctor Galindo: entre mis recuerdos de la infancia, aquellos que conservo con mayor claridad son las terapias familiares que teníamos en su consultorio, cuando los cuatro intentábamos entender un poco más esta enfermedad. Éramos mi hermano Gonzalo, mi papá, mi mamá y yo, entrando a un mundo totalmente nuevo, que nunca pensábamos íbamos a conocer.
Y es que nadie en nuestra familia cercana tenía esquizofrenia. Y eso era lo que hacía las cosas aún más difíciles de entender. Y es por eso que siempre soy de las que afirma y reafirma que las afecciones mentales no siempre responden a factores genéticos, sino que sus causas también pueden responder al entorno social y psicológico de la persona. Y eso es lo que muchos necesitan entender en nuestro país para darse cuenta de que nadie está libre: todos somos vulnerables y todos debemos empezar a mirar al otro con mayor empatía y comprensión.
Continuando con mi historia, luego de algunos meses de ser diagnosticado, mi hermano tuvo que salir del colegio donde estudiábamos porque de pronto se convirtió en muy exigente para él: mi hermano, que todos los años de su vida escolar había obtenido el PRIMER puesto en su clase. Mi hermano, que daba clases a sus compañeros sobre las lecciones de los cursos. Increíble. De pronto, además, su situación era demasiado para que aquel colegio pituco de La Molina sepa cómo manejarla. Y para que sus profesores, auxiliares y directores sepan cómo manejar el bullying hacia él porque escuchaba voces que quién sabe de dónde venían. Aparentemente no había manera de que se mantuviera ahí, a pesar de su mente brillante.
Este fue un gran golpe para mi familia. Pero lo enfrentamos los cuatro, solos. No había forma que mencionáramos con nuestra familia (es decir tíos, primos, etc.) y/o amigos que mi hermano tenía esquizofrenia: imposible. Y así fue por algunos años…. enfrentamos la enfermedad los cuatro, solos, en silencio; sin decir nada a nadie.
Eso hasta que ya no pudimos más: sí, así de sencillo. En un momento la esquizofrenia de Gonta escaló tanto que tenía crisis todo el día y se volvió muy duro manejarla. Recuerdo que mis tíos, hermanos de papá y mamá, empezaron a sospechar que algo andaba mal. Una tarde el padrino de Gonta nos visitó, y ese día se quebró todo ese silencio que mantuvimos durante tanto tiempo. Presenció quizá una de las peores crisis de mi hermano.
Y ahí comenzó un nuevo viaje. Mi hermano tuvo que ser internado… ni las pastillas «de última generación», esas que les costaban a mis papás 25 soles cada una, cuyas dosis eran dos diarias, funcionaban (mi familia es de clase media, por lo cual no era algo fácil de pagar). Fue terrible: no le deseo a nadie tener que dejar a un ser tan querido a manos de enfermeros y enfermeras que no sabes si respetarán o no sus derechos humanos más básicos. No puedo evitar derramar lágrimas al recordar esos días; fueron muy duros. Recuerdo con demasiada claridad cómo llegamos un día al hospital y mi hermano estaba fuera de sí, como un zombie, porque le habían dado un Haldol que lo hacía simplemente babear y caminar sin sentido; esto se lo habían dado porque el personal básicamente no quería hacerse cargo de él en sus cinco sentidos. También lo vi en camisa de fuerza.
Este fue nuestro punto de quiebre. Vi llorar a mi papá por primera vez en mi vida. Lo vi quebrarse con su hermana al salir de visitar a Gonta en el hospital. Creo que fue la primera vez que el estigma se quebró en mi familia y ya estaba permitido hablar de la salud mental de mi hermano y de cómo las cosas no andaban bien.
Pasaron varios meses, muy duros. Hasta que un día encontramos una pastilla que recién se estaba probando en esas épocas en Perú. Y el nuevo tratamiento funcionó para mi hermano y la verdad que no hay día en que no agradezcamos a Dios y a la vida esa bendición. Tuvimos la suerte de que su organismo la reciba bien y de encontrar aquella combinación que hasta el día de hoy, doce años después, ha hecho que Gonta esté estable.
Esta es mi historia y la de mi familia; es la que nos tocó vivir y la verdad que estoy segura de que Dios nos dio esta prueba por una razón. Gonta es la inspiración detrás de De-mentes, asociación que busca luchar contra el estigma. Y es que en verdad, para nosotros convivir con el estigma hizo totalmente inmanejable convivir con la enfermedad. Hoy ya aprendimos que no hay por qué ocultar nuestra historia y por ello la comparto aquí con ustedes para quien necesite un poco de esperanza.
Estoy segura de que podemos eliminar el estigma si todos comenzamos a compartir nuestras historias y a hablar de nuestra salud mental y de nuestras experiencias. Me rehúso a conformarme con un mundo en donde sea aceptable hablar de un dolor de estómago pero no de un dolor de la mente. Acompáñennos en esta lucha.
#TodosPorLaSaludMental
Lucero: El amor y soporte familiar son fundamentales. Gracias por compartir y transmitir el verdadero amor de hermanos. Saludos
Gracias a ti por leerme! 🙂
Por un mundo sin estigmas, qué valientes! Mis respetos
Me gustó mucho tu historia. Yo también he tomado Haldol y no se cuanta mas medicina. Se lo que se siente (en realidad no, creo que mi cerebro en ese instante no procesaba bien) babear y mirar con ojos de zombie esperando que te den comer en la boca. Hice pasar a mi familia por momentos dificiles también. Espero de corazón que tu hermano este bien ahora =)
Muchas gracias por leerme!! Espero tú también estés bien, de todo corazón! Mucha salud mental 🙂
¿POR QUE A UN BIPOLAR EN ESTE PAIS LE CUESTA MUCHO INTEGRARSE A LA SOCIEDAD?
Al principio digamos, al inicio del diagnostico, a partir de los 20 años, aproximadamente, la persona con trastorno bipolar, por lo general necesita de un tratamiento intensivo con fármacos e internamientos, por tanto, le es difícil, seguir conectado con la sociedad, en el plano laboral, estudiantil o universitario, en general.
En todo ámbito, vive al margen de la sociedad, por unos 4 o 5 años (a veces es mas tiempo), según el acierto o no, de los medicamentos que el psiquiatra le proporcione.
Al querer luego del prolongado e intensivo y además necesario tratamiento, Este individuo, bipolar, re-integrarse a la sociedad, casi, casi, no lo consigue.
Si toca puertas, asi sea para lavar platos o cuidar edificios como portero, experiencia no tiene, y ya se esta hablando de un ser de 25 a 30 años, Ok?.
Si este individuo bipolar, estaba estudiando una carrera universitaria, la universidad le niega, todo tipo de facilidad económica para su reingreso, Papa ya esta jubilado.
Como me pago mis estudios ahora?.
Para que lei y estudie tanto?.
E incluso tenia buenas notas?.
Que hago ahora como bipolar?.
Pero si ya estoy estable, que hago ahora?.
Sin experiencia, sin dinero (mas que para mal comer), sin trabajo.
Los años van pasando y Este individuo bipolar, no se rinde, lucha por no caer en ningún vicio, alcohol, etc., a pesar de lo propenso que somos los bipolares al mismo.
Y en ese vivir, en la desesperación, de ver como otros triunfan, otros si alcanzan sus metas, este individuo bipolar, se pierde en el olvido, sin alguna felicidad siquiera, sin oportunidades, con dificultad para sonreir, y con facilidad para caer mas veces en estados depresivos,
de esta manera, la expresión de este bipolar, llega a parecer la expresión de un ser enfermizo, claro esta, ya que las nefastas circunstancias que le imposibilitan su desarrollo, la frustración, de ver sus metas ya truncas, al saber que perdió todo, hasta a sus propios padres que tanto lo apoyaban, pues esto por la edad se fueron al cielo,
Este ser bipolar, llega inclusive a tener que vivir en alguna habitación alquilada en un asentameinto humano, a hacer cola en comedores populares, en donde procura hacer valer, con mucha razón y justicia, su derecho, de acuerdo a la Ley 29973, a tener acceso a un menú gratuito al dia lo menos, en comedores populares o de APRODEH, subvencionados de alguna manera por el Estado peruano,
Sin embargo, a este bipolar, lo hechan o botan, a pesar del carnet de CONADFIS que posee, de discapacidad.
Y asi, de esta forma, ES LA VIDA SIN VIDA DE MUCHOS BIPOLARES, o personas con discapacidad psicosocial, en este país.
A mis 48 años, solo tengo canas, arrugas, cansancio, los ojos secos de las veces que he llorado, por no poder soportar tanta injusticia.
De que vale tener coraje, de que vale tener valor, cojones, bravura ante lo adverso, si las universidades, no le brindan a uno las facilidades del caso, como becas o medias becas, los institutos, no dan oportunidades,
Cuando las universidades estatales, por lo menos, deberían tener las puertas abiertas de par en par, sin necesidad de dar examen de admisión,
Para cualquier bipolar o persona con discapacidad psicosocial, pueda alcanzar su sueño-meta, de ser un profesional y por tanto tener mayor posibilidad de tener algo de calidad de vida, sin que tenga este individuo bipolar, que estudiar, todos los cursos o materias, que estudio durante la secundaria, a sus 30 años o 35 años ahora ya,
OJO, por el tiempo que este bipolar pierde lejano a la sociedad, en el prolongado tratameinto intensivo, desde luego.
Que se tenga en cuenta, que este bipolar ya tiene un desgaste físico, moral, energético, al tener que sobreponerse a tantos fármacos, y al trastorno en si,
Por lo tanto se le debe de dar, todas las máximas facilidades del caso, PARA QUE PUEDA ESTUDIAR GRATUITAMENTE, SIN DAR EXAMEN en cualquier universidad o entidad estatal, por principio y fundamento,
Sino también en entidades de educación superior privadas que se generan ingresos valiosos en este país, mas al parecer o como verán, no aportan nada sino muy poco, a las personas con discapacidad psicosocial en este valioso país.
Puesto que este país es hermoso, pero para que se vea el brillo de su hermosura, nos tenemos que dar la mano, y dejar ese egoísmo insano y nefasto, egoísmo retrogrado, que hace que una sociedad en vez de avanzar, solo retroceda.
Puesto que se puede entender que algunos políticos tengan sus debilidades, somos seres humanos al fin?,
Pero lo que no nos podemos perdonar, es que no nos podamos dar la mano?.
Para que el sol brille para todos, para que nuestros hijos y nietos, sonrían al ver PAZ, al ver ARMONIA, al ver SOLIDARIDAD,
En vez de que nuestros hijos y nietos, tengan que ver personas con discapacidad psicosocial,
Que sufren, que lloran,
En vez que vuestros hijos y nietos, tengan que ver, bipolares y personas con discapacidad en general, que caminan sin rumbo, sin saber a donde.
Y cuando un niño pregunte:
Papa esa persona con discapacidad (psicosocial), por que camina famélica o enjuta como indigente?
Rpta del Padre:
Ah hijito, es que ninguna universidad le brindo la oportunidad, porque ningún comedor le quiso facilitar un plato de comida, menú popular.
POR EL AMOR DE DIOS,
Acaso es tan difícil cubrirle estas 2 necesidades fundamentales, a una persona bipolar, que es también parte de ese fin que es a la vez supremo de la sociedad y de el estado?.
Acaso no somos nosotros mismos, en esta sociedad con cada vez mas edificios modernos, y con mas universidades e institutos de excelente infraestructura, que a uno le hacen soñar y creer, tener fe.
Podríamos avanzar en todo, en ciencia, en tecnología, pero al parecer en cuestiones de solidaridad hacia personas con discapacidad psicosocial, somos aun algo cavernícolas.
Tengo 48 años de edad, me llamo MIGUEL GONZALEZ, y este es mi fidedigno testimonio, que quisiera que todos conozcan,
Pues lo único que me podría dar vergüenza y sumergir en la mas profunda tristeza, es ver sociedades que son hostiles, en donde al parecer prepondera en demasia, el egoísmo y la ambicion.
GRACIAS A LA LITERATURA,
GRACIAS A LA POESIA,
GRACIAS A LA FILOSOFIA,
GRACIAS A DIOS POR LA LUZ.
¡GRACIAS A MIS CINCO HERMANOS¡