Iniciamos esta semana conmemorando la lucha de las mujeres en la búsqueda de la igualdad y equidad, así como de la resistencia frente a la violencia de género. Sobre este último punto, las cifras en nuestro país son alarmantes y se han visto agudizadas en el último año dada la pandemia. En el 2020 se dieron más de 114,000 casos de violencia, siendo el 83% de ellos hacia mujeres: el 31% de las denuncias corresponde a violencia ejercida sobre niños, niñas y adolescentes, con 9,582 casos de violencia sexual. Asimismo, más de 5,500 mujeres desaparecieron en el año 2020 y, solo en enero del 2021, se reportó la desaparición de más de 400 mujeres, niñas y adolescentes.

¿Cuál es el impacto en la salud mental que generan estas preocupantes cifras? Conversamos con Vanessa Herrera López, parte del equipo técnico de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud, quien respondió nuestras preguntas sobre este importante tema.

  • Considerando la perspectiva de la salud mental comunitaria, ¿cómo afecta la violencia a las personas y comunidades? ¿Son solo las víctimas quienes se ven afectadas?

La afectación es a corto, mediano y largo plazo. La presencia de violencia en nuestras comunidades implica una vulneración de sus derechos y constituye un problema de salud pública que impacta el proyecto de vida y desarrollo de las personas afectadas, sus familias y comunidades.

Durante la pandemia, muchas mujeres se han visto más expuestas a vivir con su agresor y a situaciones de violencia, además de la sobrecarga de trabajo doméstico, la pérdida de seres queridos y la afectación socioeconómica. El impacto de estos factores en la salud mental individual se puede presentar bajo la forma de insomnio, ansiedad, depresión, diversas manifestaciones de estrés, consumo de alcohol u otras drogas, trastornos de conducta alimentaria, intentos de suicidio y suicidio consumado. A esto se suma la afectación que pudiesen generar otros problemas de salud asociados a la violencia, como los embarazos no deseados, los abortos provocados, problemas ginecológicos e infecciones de transmisión sexual, entre ellas la infección por VIH. Asimismo, en niñas, niños y adolescentes se pueden presentar cambios conductuales, bajo rendimiento escolar, depresión, ansiedad y, en general, mayor riesgo de perpetuar y permanecer en medio del ciclo de violencia.

Es importante destacar que no solo se ven afectadas las personas sobrevivientes de violencia, sino también su entorno familiar y comunitario. Por ello, debemos comprometernos con erradicar  y no tolerar ninguna forma de violencia en nuestra comunidad.

  • Muchas veces escuchamos que se refieren a los hombres que violentan sexualmente a niñas y mujeres como “enfermos mentales”. ¿Por qué es importante romper con esta asociación?

Las personas agresoras fundamentalmente tienen creencias irracionales ligadas al machismo y creencias que justifican la violencia como “ella me provocó”, “tengo necesidades”, “ella lo quería”.  Es importante no caer en el estigma asociando a personas que conviven con problemas de salud mental como violentos/as y considerar que muchas de las personas agresoras sexuales están en nuestra familia, sin algún problema de salud aparente, y por ello, muchos miembros de la comunidad no aceptan que pueden ser los agresores.

  • ¿En los CSMC trabajan con víctimas de violencia de género y su entorno?

En los 198 centros de salud mental comunitaria se brinda atención especializada en salud mental a mujeres sobrevivientes de violencia y su grupo familiar. Esto incluye un diagnóstico integral de las secuelas y problemas asociados a la violencia, tratamiento psicoterapéutico, tratamiento integral de los problemas asociados de depresión, ansiedad, TEPT, consumo de drogas, intervenciones psicosociales múltiples dependiendo las necesidades de cada usuaria, soporte social y continuidad de cuidados a largo plazo. Esto también se da en coordinación y articulación con la red de servicios de salud del territorio, así como con los Centros Emergencia Mujer, las comisarías, el Ministerio Público, la Fiscalía, entre otras instituciones.

  • ¿Cómo contribuyen las redes de soporte comunitario de mujeres con la salud mental de quienes han sido víctimas de violencia?

Es clave la presencia de una red de soporte comunitario a mujeres. Esta se puede dar a través de grupos de ayuda mutua virtual, redes de mujeres disponibles en su distrito, círculos de escucha, que, a través de espacios de apoyo mutuo, escucha activa, solidaridad y soporte incondicional, permiten ayudar a contemplar salir del ciclo de violencia, tener esperanza, velar por la seguridad de ella y de sus hijos/as. Es necesario fortalecer y retejer dichas redes de soporte a mujeres, más aún durante la pandemia y post-pandemia.

  • ¿A qué señales debemos estar alerta para identificar si se está pasando por una situación de violencia?

Durante la pandemia, debemos identificar como señales de violencia:

    • Insultar, hostigar, controlar, obligar a tener relaciones sexuales.
    • Prohibir comunicaciones a través de llamadas, redes sociales, mensajes.
    • Privar los recursos indispensables para satisfacer las necesidades básicas.
    • Prohibir salir del hogar ante emergencias o situaciones justificadas.
    • Obligar a realizar tareas domésticas.
    • Cualquier acción que cause daño, sufrimiento psicológico, físico, sexual o incluso la muerte.
  •  ¿Cómo ayudar a una persona que está pasando por una situación de violencia? Si no nos lo ha contado directamente, ¿cómo podemos abordarlo para poder apoyarla?

Es fundamental escucharla y ofrecerle ayuda activamente, sin juzgarla o criticarla. Que no sienta que está sola y conectarla lo antes posible con la línea 100 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, quien la orientará sobre las acciones de soporte sociolegal y protección; así como con la línea 113 opción 5, del Ministerio de Salud, donde podrán escucharla y atender malestares emocionales y/o problemas de salud mental que se hayan podido desencadenar por la situación de violencia, orientándola sobre a qué servicio especializado de salud mental puede acudir, según donde viva.

Es muy importante que permanezcamos presentes durante todo el proceso, en disposición de escucha activa. El soporte en la red comunitaria contribuye a que las personas podamos salir del ciclo de violencia y continuar el plan terapéutico a largo plazo.

#TodxsPorLaSaludMental

Agradecemos a la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud por su colaboración con esta nota.